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Gil no pagó nada por el Atlético, según un perito de Hacienda

Jesús Gil y Enrique Cerezo, presidente y vicepresidente del Atlético de Madrid en 1992, respectivamente, no desembolsaron los 1.950 millones de pesetas necesarios para la transformación del club en Sociedad Anónima Deportiva, y los documentos que Gil entregó al juez no desvirtúan ese hecho, según el informe del perito de la Agencia Tributaria José Luis Carrero, fechado el 4 de abril y que ayer fue remitido al juez Manuel García-Castellón.

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La voluminosa documentación aportada por Gil al juzgado el pasado 10 de enero, cuando acudió a declarar, sólo sirve para confirmar lo que los peritos ya habían dictaminado, que Gil y Cerezo realizaron un desembolso aparente de los 1950 millones y que dos días después dispusieron de ellos de nuevo, según se explica en el nuevo informe pericial. "La entidad deportiva no recibió cantidad alguna por las cantidades suscritas y aparentemente desembolsadas por don Jesús Gil y Gil y don Enrique Cerezo Torres", concluye el informe. El dictamen menciona el contrato de 30 de junio de 1992 por el que Dorna-Promoción del Deporte concedió a Gil un préstamo de 1.300 millones para suscribir acciones del Atlético y que se ingresó en una cuenta especial de la oficina principal del Banco de Vitoria en Madrid. El documento aportado por Gil aclara el origen de la orden de traspaso de los 1.300 millones de la cuenta de Dorna en dicha entidad a favor de Gil, pero dos días después éste ordenó la devolución del dinero a Dorna, "por lo que el capital suscrito por don Jesús Gil no implica su desembolso efectivo", dice el dictamen.

Idéntica suerte corre la póliza de préstamo número 2.5350, de 3 de julio de 1992, por la que el Credit Lyonnais concedió 675 millones a Enrique Cerezo. Según el perito, el documento ratifica y complementa lo expuesto en informes periciales anteriores, puesto que aclara el origen de los fondos, y que Cerezo ordenó transferir 650 millones a otra cuenta conjunta con el Atlético de Madrid. Pero agrega que tres días después, Gil ordenó la devolución del dinero a otra cuenta de Cerezo, por lo que tampoco ese capital se desembolsó.

El informe destaca que la documentación más relevante aportada por Gil se refiere a unos supuestos pagos por un importe total de 1.731 millones efectuados por él entre el 1 de julio de 1987 y el 30 de junio de 1992 por cuenta del Atlético de Madrid y que no se reflejaron en su contabilidad oficial.

Esas cantidades abonadas por Gil se habrían canalizado a través de cuentas bancarias de la entidad Promociones Futbolísticas SA y, en menor medida, del Club Financiero Inmobiliario.

Como documentación se aportan los extractos de las cuentas, pero sin ningún justificante de los movimientos.

"De la documentación ahora aportada por el inculpado Jesús Gil", señala el dictamen pericial, "parece desprenderse que los pagos efectuados por sus empresas a favor del Club Atlético de Madrid (no hay que olvidar que también recibían fondos generados por esta entidad deportiva), y no reflejados en la contabilidad oficial del club, se hacían a los propios jugadores, extremo éste no probado documentalmente, y no a otros clubes por la adquisición de sus derechos federativos".

Deuda dudosa

El informe señala que estos pagos a los jugadores y no a los clubes entrarían en contradicción "con todas las escrituras públicas y acuerdos de la Junta Directiva del Club para reconocer a su presidente una deuda a su favor no contabilizada por la adquisición de los derechos federativos de los jugadores, a no ser que se dieran ambos supuestos, es decir, que fueran acumulativos".

Respecto a los documentos relativos a las cuentas aportados por Gil y que no figuraban en la contabilidad oficial, el perito precisa que en realidad no se trata de cuentas, "pues se limitan a un simple estadillo, referido a varios ejercicios, de ciertas salidas de las cuentas bancarias de otras entidades mercantiles que nunca deberían figurar en la contabilidad del club".

El informe concluye a este respecto que "la mera existencia de movimientos financieros al margen de la contabilidad oficial no justifica que don Jesús Gil concediera préstamos opacos al Club, pues lo mismo cabe argüir del lado de los ingresos en las cuentas bancarias de las entidades mercantiles controladas por el presidente del Club, que podrían recoger cantidades originadas por la actividad deportiva que no se contabilizan como tales".

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