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La Generalitat creará "consulados cívicos" de Cataluña en el extranjero

La Generalitat aprovechará la infraestructura logística de los casals en el extranjero (centros sociales de los emigrantes catalanes) para disponer de una representación institucional permanente en el exterior que se haga cargo de las relaciones internacionales del Gobierno en materia cultural y económica. Así lo planteó ayer el consejero de Gobernación, Josep Antoni Duran Lleida, en su discurso de inauguración del segundo encuentro de casals catalanes, que se celebra hasta el viernes en Barcelona.

El Ejecutivo de Convergència i Unió (CiU) quiere que estos centros sociales en el extranjero se conviertan en lo que Duran denominó ayer "consulados cívicos", una especie de embajadas de Cataluña. Aunque existe un total de 204 casals, tan sólo 91, distribuidos por los cinco continentes, tendrían funciones de representación permanente, pues son los que se mantienen más activos.En la actualidad, la Generalitat dispone de diversos organismos en los ámbitos económico, cultural y turístico con competencias en materia exterior, principalmente con funciones de promoción, y que cuentan con oficinas internacionales de representación. En principio, el objetivo de la Generalitat sería agrupar todos estos organismos en una misma sede. Por ejemplo, el Consorcio de Promoción Comercial de Cataluña (Copca), que depende del Departamento de Industria, se encuentra en Buenos Aires en el mismo centro cívico catalán.

Los casals tendrían además funciones ejecutivas y administrativas. "Algunos de ellos ya colaboran con nosotros", comentó ayer a este periódico Joaquim Llimona, director general de Relaciones Exteriores, "por ejemplo en la elaboración de informes sobre la situación económica de algunas familias catalanas, a las que posteriormente la Generalitat proporciona ayudas". La idea de la Generalitat la expresó ayer Duran Lleida: que los casals dejen atrás el "romanticismo y el resistencialismo" y se conviertan en consulados cívicos manteniendo su "espíritu de catalanidad en la diáspora".

Otra de las misiones de estos "consulados cívicos" sería la de acoger el futuro instituto Ramon Llull, que el Departamento de Cultura creará al estilo del Instituto Cervantes para la promoción y enseñanza de la lengua catalana en el extranjero. "Algunos casals ya enseñan catalán, pero lo hacen en condiciones muy difíciles y precarias", señaló Llimona.

Homenaje a los exiliados

El consejero de Gobernación inauguró ayer el segundo encuentro de los casals, que reúne hasta el viernes en Barcelona a más de 300 representantes y que servirá para rendir homenaje a los catalanes que se exiliaron tras la guerra civil y para definir el modelo de futuro de estas entidades. La Generalitat ha presupuestado un total de 90 millones de pesetas para la organización de este acto, la mayoría de los cuales se destinan al pago de los desplazamientos y al alojamiento de los asistentes.

En su discurso de inauguración, Duran subrayó que los exiliados y los miembros de los casals le han hecho sentir "orgullo de ser catalán" por su labor a la hora de mantener y transmitir el sentimiento de catalanidad, "a veces en condiciones muy difíciles". Por este motivo, les animó a que mantengan el "espíritu de la diáspora". "Habéis mantenido la llama de la esperanza en épocas muy difíciles, y es una deuda que nunca os podremos pagar suficientemente", manifestó.

No obstante, el consejero aclaró que la situación política ha cambiado, al disfrutar Cataluña de libertades democráticas, aunque puntualizó que en el proceso de globalización actual es muy importante que estos centros permitan fortalecer la presencia catalana en el mundo.

En el encuentro participan representantes de los 204 casals, que se reparten por Europa (85), América del Sur (62), América del Norte (32), América Central y Caribe (10), Oceanía (9), Asia (4) y África (2). Hasta el próximo viernes, los trabajos de los miembros de estas entidades se dividirán en cuatro ponencias sobre las relaciones entre la Cataluña interior y la exterior, la proyección económica y empresarial, la cultura y los retos de futuro.

El foro tendrá que servir para profundizar en las relaciones entre la Cataluña interior y la exterior, según la Ley de Relaciones con las Comunidades Catalanas en el Exterior (aprobada por el Parlament en 1996), elaborar un censo de los catalanes que viven fuera de Cataluña -se calcula que son unos 90.000- y promover la cooperación entre las diversas agrupaciones utilizando las nuevas tecnologías, como Internet, para superar las distancias geográficas.

El encuentro también se ha marcado como objetivo potenciar el conocimiento del catalán y la cultura catalana entre los estudiosos extranjeros, promoviendo la labor de los catalanófilos y con la creación de cátedras universitarias, siguiendo el modelo de las cátedras de la Unesco. De forma paralela, ayer se inauguró en el Museo de Historia de Cataluña la exposición Una esperanza rota. El exilio de 1939.

Consuelo Bautista

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