Robinson pide que una comisión rusa investigue los abusos en Chechenia
Mary Robinson, alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, pidió ayer en Moscú que se forme una "comisión nacional e independiente" que investigue las "serias y documentadas" acusaciones de atrocidades cometidas contra la población civil en la guerra de Chechenia. La expresidenta de Irlanda aseguró también que el ministro ruso de Exteriores, Ígor Ivanov, le prometió que su recomendación será estudiada cuidadosamente.
Robinson no quiso cortar los puentes con las autoridades rusas al término de un viaje en el que éstas le impidieron cumplir (alegando motivos técnicos, meteorológicos y de seguridad) un programa que incluía la visita al escenario de una matanza de civiles en Grozni o a campos de filtración en los que, según testimonios diversos, la tortura de los detenidos (muchos de ellos civiles) ha sido una práctica rutinaria. La diplomática afirmación de Robinson de que su periplo terminaba "en forma constructiva" (aparentemente por las inconcretas promesas de Ivanov) contrastaba rotundamente con estas otras palabras suyas, que hizo constar en una declaración oficial: "Estoy impresionado por los relatos desgarradores de los civiles, entre ellos muchas mujeres, y por la devastación total de Grozni y otros lugares de Chechenia. He escuchado testimonios sobre ejecuciones sumarias, intimidaciones y saqueos por parte de personal militar, uso desproporcionado de la fuerza, ataques a caravanas de civiles y violaciones". Todo este catálogo de horrores requiere una "seria respuesta", una investigación a fondo y el procesamiento y castigo de los culpables.
Examen independiente
Robinson no fue demasiado convincente sobre sus razones para creer que es posible formar en Rusia una comisión realmente independiente (un término en el que puso repetidamente el énfasis) cuando existe un clima de apoyo generalizado a la "operación antiterrorista" en Chechenia, hasta el extremo de que la forma en la que ésta se conduce ha sido el trampolín sobre el que Vladímir Putin tomó impulso para conquistar el Kremlin en las urnas. Según ella, la comisión constituiría la "expresión pública" del deseo del Gobierno de combatir la impunidad y restaurar la confianza de la población chechena, así como de su determinación de hacer arraigar la cultura de los derechos humanos en Rusia.
Desde Ginebra, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, apoyó la propuesta y señaló que la comisión podría incluso servir a los intereses del Gobierno ruso. La expresidenta de Irlanda admitió que también en el bando checheno hay atrocidades, como secuestros y torturas, que deben ser castigadas, pero hizo notar que su misión como representante de la ONU es centrarse en el grado de cumplimiento por parte de los Gobiernos de sus compromisos internacionales.
Ese mismo argumento sentará mañana a Rusia en el banquillo de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, reunida en Estrasburgo. El comité político recomendó ayer que los países miembros denuncien a Moscú ante el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos.
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