El ruido de la Gran Via se reducirá un 20% en Sant Martí mediante voladizos y pantallas
La Gran Via no será cubierta a su paso por Sant Martí, pero se reducirá un 20% el impacto sonoro que ocasiona el tráfico a lo largo dos kilómetros en esa zona, una de las más ruidosas de Barcelona. En un clima de consenso, el Ayuntamiento, la Generalitat y los vecinos presentaron ayer el proyecto, que ha logrado satisfacer a todos y podría empezarse a aplicar a finales de este año. El futuro bulevar permitirá ganar 12 hectáreas de zonas verdes (superficie equivalente a la mitad del parque de la Ciutadella) para uso peatonal al separar 30 metros las calzadas laterales y los edificios.
El proyecto da soluciones a las dos quejas principales planteadas por los vecinos: el ruido que ocasiona el paso diario de 140.000 vehículos por la A-19 y la mejora de la conexión entre las dos partes del barrio de Sant Martí. Para aminorar el impacto acústico se construirán dos voladizos sobre la Gran Via que llevarán incorporadas pantallas acústicas. La circulación de los seis carriles centrales de la autopista, tres en cada sentido, se mantendrá, aunque el pavimento será sustituido por otro antirruidos. Lo mismo ocurrirá con el de las calzadas laterales.Para mejorar la conexión de la circulación rodada y peatonal de las calles que quedan cortadas por la autopista, el proyecto prevé la construcción de un puente en la calle de Espronceda y cuatro pasarelas para los peatones. El futuro bulevar dispondrá en total de 12 hectáreas de zona verde que a lo largo de dos kilómetros modificará el aspecto de los laterales, que se habían ido deteriorando con el tiempo y ahora se planea convertirlos en un nuevo eje comercial.
Pese a que la fórmula inicial gusta a los vecinos, éstos no olvidan ciertas cuestiones pendientes, como el déficit de aparcamientos. La reforma presentada ayer comporta la desaparición de plazas de aparcamiento en los laterales, que no obstante seguirán manteniendo un carril para vehículos estacionados. Para compensar la falta de espacio en la calle, el Ayuntamiento tiene intención de construir varios aparcamientos.
No hay presupuesto
Nadie quiso hablar ayer ni de ganadores ni de perdedores en una lucha vecinal que en el último año y medio ha vivido momentos duros, pero que ahora apuesta por el sosiego para dejar paso a un periodo de mayor concreción. Por ejemplo, sobre cuál será el coste y el calendario concreto de la ejecución de la obra. El segundo teniente de alcalde, el socialista Antoni Santiburcio, dijo ayer que sería temerario dar una cifra cuando falta por desarrollar aún un proyecto complejo; afirmación que compartieron el director general de Carreteras de la Generalitat, Jordi Follía, y el concejal del distrito de Sant Martí,Francesc Narváez. Para que no faltara nadie se sumó también el presidente de la Asociación de Vecinos de Sant Martí, Manuel Martínez, la persona que ha liderado la lucha vecinal para la cobertura de la Gran Via.
Los estudios de arquitectura y de ingeniería que han diseñado la propuesta son los de Enric Miralles, Arriola/Fiol y Viaplana, así como los gabinetes de ingeniería de Europroject y GPO. Todos ellos disponen de tiempo hasta finales del mes de junio para acabarla de perfilar. Aunque ayer se percibía la voluntad unánime de destacar los elementos del proyecto, quedó en el aire la respuesta a la cuestión de cómo se financiará.
El director general de Carreteras del Gobierno catalán dejó claro que se trata de un proyecto complejo, que conviene ejecutar sin prisas, y que una vez terminado, el Ayuntamiento y la Generalitat negociarán qué parte aporta cada cual. Dijo que es prematuro adelantar si será posible que los fondos de cohesión contribuyan a sufragar el gasto, pese a que no se descartó de antemano que pueda recabarse la ayuda comunitaria basándose en los criterios de sostenibilidad que inspiran la reforma.
En un acto marcado por la unanimidad de pareceres, el concejal del distrito se refirió al cambio que se avecina para la A-19, vía rápida que ha ocasionado innumerables problemas a los habitantes de Sant Martí. El regidor Narváez resumió la reforma diciendo que se trata de devolver a los ciudadanos el espacio que era del barrio pero que ahora no pueden disfrutar. Y puso como ejemplo las "difíciles relaciones" entre los barrios de la Verneda, el Besòs, Poblenou, el Clot y Camp de l'Arpa.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.