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El 'fenómeno Toledo'

ENVIADO ESPECIALNo hace ni tres meses, apenas salía en las encuestas. A una semana de las elecciones del próximo 9 de abril, es el único candidato que puede impedir que Alberto Fujimori se perpetúe en el poder después de 10 años al frente de la presidencia de Perú. Su meteórico ascenso -desde hace un mes los sondeos muestran que sube medio punto cada día- le ha convertido en lo que ya se ha dado en llamar fenómeno Toledo. El candidato de Perú Posible, Alejandro Toledo, de 54 años, de aspecto inconfundiblemente indígena, educado en Estados Unidos (master en Economía y doctorado en Eduación por la Universidad de Stanford) y casado con una belga a quien comparan con Hillary Clinton, advierte de que Fujimori sólo puede ganar si comete "un fraude descarado".

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El pronóstico de Toledo es alarmante, como alarmante es la situación que vive Perú en vísperas electorales. "Si consuma el fraude, como probablemente hará, habrá un presidente sin legitimidad que será una fuente permanente de inestabilidad política y, consecuentemente, frenará las inversiones que Perú necesita para reactivar la economía y generar trabajo. Si eso sucede, habrá un desborde popular de consecuencias imprevisibles. El Gobierno no dura un año y yo voy a liderar la oposición", anuncia el principal adversario de Fujimori.

En una entrevista concedida a EL PAÍS, Toledo asegura que ha empezado a recibir mensajes de las Fuerzas Armadas, de momento a título individual -habla de dos generales y 10 coroneles-, "que me dicen que no están dispuestos a aceptar el fraude". Toledo recorre estos días el país a bordo de dos pequeños aviones, acompañado de su esposa e hija, su escolta y los periodistas que consiguen colarse en cada viaje.

En ciudades como Iquitos, Huanuco, Trujillo, Ica o Cajamarca, se ha dado buenos baños de masas, entre las que ha calado su discurso bien articulado, no exento de populismo, que tiene como eje principal "la letra T, de trabajo, la mayor preocupación del 85% de los peruanos".

En el Perú profundo funciona mejor que Fujimori, que tiene su bastión en la capital. Toledo se declara "un rebelde con causa contra el centralismo limeño" y "un provinciano que nació en los Andes", concretamente en Cabana, en la provincia de Ancash.

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"Representa los rasgos físicos arquetípicos del poblador rural andino que no sólo ha logrado trascender con creces las barreras del analfabetismo, sino también del mestizaje, al haberse casado con una mujer rubia, que lo proyecta al mundo moderno". Así lo describe el antropólogo Juan Ossio, para quien Toledo encarna la fórmula del cholo (mezcla del mestizo e indio) auténtico y exitoso.

Paradójicamente, el ascenso de Toledo en los sondeos se debe, en buena parte, a la guerra sucia declarada por la prensa sensacionalista y la televisión contra los candidatos de Somos Perú, Alberto Andrade (alcalde de Lima), y de Solidaridad Nacional, Luis Castañeda. La campaña de descalificaciones les dejó en la cuneta, y Toledo tomó el relevo en los sondeos, donde no ha dejado de subir. Ahora él es el objeto de los ataques de aquellos mismos medios de comunicación.

Le empiezan a llover amenazas, su esposa viaja con chaleco antibalas y asegura que la batalla contra Fujimori es desigual. "Yo no pago para que la gente vaya a mis mítines. No tengo plata. Y, además, si pagara me estaría engañando a mí mismo. En segundo lugar, no les traslado en autobuses ni les llevo regalos. Él tiene todo. Tiene seis canales de televisión, tiene los diarios Expreso y El Peruano... tiene un montón de plata. A pesar de eso, estoy ganando".

Lo tiene tan bien estudiado a fuerza de repetirlo que suelta de carrerilla los factores que explican el fenómeno Toledo. "Hemos logrado penetrar en la mente y en los corazones de la gente, con un único mensaje: la T de trabajo; hemos logrado descubrir una química a flor de piel con la gente del carajo. Es un amor a primera vista. No puedo negar que hay un factor étnico, una identificación brutal".

Y sigue con "el descrédito del Gobierno. Está hoy en desgracia. La denuncia de la falsificación de firmas lo tiene contra la pared, y la comunidad internacional lo tiene contra las cuerdas". El último factor del fenómeno, según explica él mismo, se llama Eliane Karp, su esposa, antropóloga de origen belga que habla siete idiomas, el quechua entre ellos. "Le da un gran valor agregado a mi campaña".

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