Acebillo defiende cambios en las Glòries y el traslado de los encantes

A Barcelona le espera si no la revolución, al menos una convulsión. El arquitecto jefe de la ciudad, Josep Antoni Acebillo, anunció ayer entre otras medidas cambios en la plaza de las Glòries, el traslado de los encantes; la creación de una vía que, a través de la Ciutadella, una Poblenou y Ciutat Vella; el traslado del zoo; la potenciación de un área de centralidad en Gran Via-Zona Franca, y una zona de ocio para adultos en Montjuïc.

En la plaza de les Glòries, uno de los proyectos del propio Acebillo más criticados porque rompe la continuidad de la Diagonal, se eliminarán los elementos de cemento de la planta baja, de forma que quedará una plaza porticada y transparente, según explicó ayer el arquitecto jefe de Barcelona en una charla impartida en el foro Tribuna Barcelona. Esta reforma, añadió, exige el traslado de los encantes, aunque no precisó adónde podrían ir. Una modificación paralela sería la creación de una cripta junto a la plaza, en la zona de la Meridiana, que acogería elementos propios de museos que no están en ellos.Acebillo aseguró que, hoy por hoy, los urbanistas tienen serios problemas para pensar la ciudad en términos globales y que de ahí derivan algunos de los problemas que se les presentan. No obstante, diseñó un programa de reformas casi completo.

En su opinión, Barcelona tiene que ser considerada en un triple ámbito. El primero es el los ciudadanos, con espacios públicos notables (por ejemplo, La Rambla). Al segundo lo denominó la ciudad metropolitana, "sexta aglomeración europea, que estuvo a punto de ser desmantelada por el Gobierno de la Generalitat". Un modelo territorial que parte de la existencia de varios centros (las ciudades existentes) que tienen que ser potenciados, buscando una densidad que evite malgastar el territorio.

El tercer ámbito es el la capitalidad real de Cataluña, que exige mayor concentración, más transporte público, potenciar el modelo de "promiscuidad funcional" que es el Poblenou (mezcla de residencia y nueva industria limpia), donde incluir centros vinculados al cine, los audiovisuales y las universidades, con un 15% de vivienda en cada manzana y una vía de conexión con Ciutat Vella a través de la Ciutadella, una vez trasladado el zoo.

No olvidó Acebillo las transformaciones vinculadas al Fòrum 2004, que tienen también el objetivo, explicó, de adecentar el cajón de sastre que es la desembocadura del Besòs.

Barcelona es una franja central en Cataluña, situada entre los deltas del Llobregat y del Besòs, con una imagen de progresión gradual hacia la montaña que no debe ser quebrada por un edificio de altura desorbitada, aseguró Acebillo, en una clara alusión al proyecto de Ricardo Bofill de construir un rascacielos en forma de barco de vela en el límite de la zona portuaria. "No tengo claro que haya que derruir tres o cuatro plantas del edificio del Ayuntamiento y construir otro tres o cuatro veces más alto al lado. Estamos conversando al respecto con el Puerto", precisó.

No es que Acebillo rechace los rascacielos. En su opinión caben en los dos extremos de la Diagonal y, quizá, en el Vall d'Hebron, cuyo plan director debe ponerse en marcha para convertir la zona en multiusos y permitir la construcción de oficinas. Todo esto exige más transporte público -"a la oficina se va en metro", aseguró-, de forma que el 36% de movimientos que hoy se hacen en coche pasen a ser del 29% en 10 años. De lo contrario, afirmó, se va camino de alcanzar el 38% de desplazamientos en vehículo propio, y en ese caso la ciudad quedaría colapsada.

Acebillo criticó que el metro no llegue a Montjuïc, lo que hace que tenga más dificultades para llegar a la Zona Franca, enlazar los dos recintos feriales y alcanzar el aeropuerto, e insistió en la necesidad de potenciar el transporte de mercancías por avión y por tren.

Finalmente aseguró que el Ayuntamiento trabaja en dos proyectos de ocio: el del Tibidabo, para niños, y otro en Montjuïc, destinado a los adultos, cuyas características no precisó.