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Comienza en El Cairo la primera cumbre entre la Unión Europea y África

Desgarrada por guerras, epidemias y calamidades naturales, África es la única zona del mundo donde la ONU anticipa que se agudizará la pobreza el próximo siglo, pese a su potencial de recursos. Bajo esa sombría previsión y la más tangible de una nueva amenaza de hambruna tan grave como la de los ochenta, los líderes del continente maldito se reunirán hoy y mañana en El Cairo con los de los 15 países de la Unión Europea (UE) en la primera cumbre bilateral.

Las prioridades de unos y otros no coinciden. Los europeos hablan de crear una dimensión estratégica en las relaciones con sus vecinos, de apoyar una mayor integración de esos países entre sí y de incorporarlos a la economía globalizada. Los africanos temen que este acento comercial busque sólo beneficios para la otra parte y piden al primer mundo incrementar sobre todo la ayuda financiera."El solo hecho de que esta cumbre se celebre es en sí importante y muestra el deseo de la UE de colocar África al mismo nivel que Asia y Latinoamérica", opina el comisario europeo para Desarrollo y Ayuda Humanitaria, el danés Poul Nielson, en víspera del inicio del cónclave al que han anunciado presencia cerca de 70 jefes de Estado y de Gobierno, además de los secretarios generales de la ONU, Kofi Annan, y de la Organización para la Unidad Africana (OUA), el argelino Salem Ahmed Salem. Por parte europea no asistirán ni el británico Tony Blair ni el griego Costas Simitis, éste envuelto en la campaña de las elecciones del próximo domingo.

Con el laborioso título de ICumbre África-Europa bajo el patrocinio de la OUA y la UE, el encuentro de El Cairo, copresidido por Egipto y Argelia, por ocupar actualmente Argel la dirección de la OUA, concluirá con la firma de una declaración de principios y un plan de acción, que muchos ven como lleno de buenas intenciones pero escaso de compromisos firmes. Los africanos quieren arrancar de los europeos algo más que palabras. Defienden institucionalizar este tipo de encuentros, como ya sucede entre la UE y Asia y entre la UE y Latinoamérica, pero no hay entusiasmo de los Quince. "La última palabra la tienen los Estados miembros, pero juzgo natural que si se aceptó hacer cumbres con asiáticos y latinoamericanos, también hay que hacerlas con los africanos", afirma Nielson. En el documento final consensuado ayer, los europeos se comprometieron a un seguimiento. Grecia se declaró dispuesta a organizar la segunda cumbre durante su presidencia semestral, en el año 2003.

La agenda de El Cairo ha sido dividida en tres sesiones para abordar los capítulos socieconómico, político y desarrollo. Los Quince quieren poner énfasis en la necesidad de una integración regional del continente y de su incorporación a la economía mundial y presencia en la Organización Mundial de Comercio. Las cuestiones políticas incluyen derechos humanos, democracia, migración, xenofobia, refugiados, terrorismo, tráfico ilegal de armas, así como la prevención y gestión de conflictos sobre la que Europa quiere desempeñar un papel importante.

Un punto que levanta también ampollas es la presión afriacana para lograr la devolución de obras artísticas. Los países africanos quieren también que Europa reconozca el expolio sufrido por el patrimonio cultural africano y que se establezca algún mecanismo de devolución de obras de arte expoliadas o alguna forma de compensación.

Finalmente quieren un compromiso de cooperación europea en el desminado de los territorios que han sufrido conflictos, una operación cuyos coste es incalculable. En el temario dedicado al desarrollo, los retos de los africanos se centran en la educación, la sanidad, la erradicación de la pobreza y el alivio de la deuda externa.

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