'Socialglamour'
Los tiempos están cambiando. Los mozalbetes que rocían de gomina los teléfonos celulares para que no se despeinen los caracolillos del GSM ya no están en boga. Adiós a los polos con la bandera española y a la americana cruzada, tan clásica ella. Quedar para el pádel o para hacer unos hoyos roza ya la vulgaridad. Ha vuelto el glamour progresista de los desheredados y la fascinación por la peonada. No hay vuelta atrás en el inicio de este nuevo ciclo.La prueba de que los tiempos están cambiando ha sido la mutación del discurso de Beatriz de Borbón. La aristócrata llegó a Sevilla para presentar un libro -suyo, claro- y dio una lección de izquierdismo, que le aseguraría un puesto de honor en esa gestora del PSOE que no se llama gestora o en esa federacion de Izquierda Unida volcada en destriparse en cada asamblea o reunión de más de dos.
Al grano. Llegó Beatriz de Borbón y dijo: "Los hombres que se levantan a las siete de la mañana para recoger aceitunas son sumamente glamourosos". Abajo la gomina. Arriba el caracolillo despeinado. El nuevo sex-symbol se parecerá a Juan Manuel Sánchez Gordillo. Tanto teórico en la web de la izquierda y tiene que venir Beatriz de Borbón a Sevilla a aclarar que las ideologías no han muerto y que el colmo de la autenticidad arranca con el despertador a las siete de la mañana y termina cuando se deja de varear olivos.
Esa fascinación o hechizo conocidos como glamour, según la experta, no dependen del dinero. A uno le puede caer una ristra de stocks-options para retirarse a las Bahamas y seguir pareciendo Paco Martínez Soria en sus mejores tiempos. Se tiene o no se tiene. Es como el éxito, que tampoco depende de los méritos. Escuchen, si no lo creen, a Enrique Iglesias haciendo gorgoritos en sus conciertos por debajo del play-back. Y, si después de escucharlo, siguen creyendo que el éxito depende del talento es que usted pertenece al mundo de los descreídos que se aferran a la muerte de las ideologías y al glamour de la gomina, el pádel y el celular repeinado.
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