Sentencia

En referencia a la sentencia del Tribunal Supremo sobre la muerte de Alberto Guindo desearía declarar que, primero, Alberto no es un cabeza rapada ni nada que se le pareciese, como se dijo bien claro en el juicio de la Audiencia Provincial de Madrid y que algunos medios de comunicación vienen insistiendo, no sé con qué motivo.Con respecto a la sentencia del Tribunal Supremo, en la cual yo tenía una cierta esperanza que se pudiese hacer justicia, ha sido todo lo contrario.

El Supremo afirma para aplicar esta sentencia que seis personas le dieron una brutal paliza al asesino, y éste, para defenderse, sacó su navaja, mató a una e hirió gravemente a otra y se fue tranquilamente andando. ¿Qué pasó con los otros cuatro agresores? Si le dieron esa gran paliza, ¿cómo es posible que a los tres días fuese detenido en Huesca y que en el examen médico sólo tuviese un rasguño en un brazo?

Este tipo de peleas de seis personas contra uno, cuyo resultado es el descrito en la sentencia, yo sólo lo he visto en las películas de ciencia-ficción.

La realidad fue bien distinta, como pude comprobar en el juicio que se celebró en la Audiencia Provincial, donde la fiscal del Estado mantuvo en todo momento los 18 años de cárcel que pedía para el acusado. Es la primera vez que mi familia se ha visto implicada en los tribunales y tenemos a Alberto enterrado y a su asesino pidiendo una indemnización al Estado por los dos años que ha permanecido en prisión. ¡Es realmente deprimente!- Luis Guindo Ibáñez. San Sebastián de los Reyes, Madrid.