Escándalo en Italia por la difusión de un texto "golpista" redactado por un coronel de carabineros

a La clase política italiana vivió ayer una jornada convulsa a raíz de la difusión de un documento despreciativo con las instituciones democráticas y el Parlamento que lleva la firma de un alto miembro del cuerpo de Carabineros, el coronel Antonio Pappalardo. El texto, escrito hace dos meses por Pappalardo, líder del Cocer, estructura parasindical de los carabineros, fue difundido el jueves coincidiendo con la aprobación en el Senado de la ley que transforma el cuerpo en la cuarta fuerza armada del país, con total autonomía. Pappalardo dimitió anoche de su cargo al frente del Cocer.

Una idea de la ampulosidad del documento la da el propio título: Comentario sobre el estado de la moral y del bienestar de los ciudadanos, bajo el que se recogen los "males del Estado", en la versión personal del coronel Pappalardo. El Arma de Carabineros es definida en estas páginas como el "verdadero Estado" y se critica en ellas la falta de sensibilidad de los partidos políticos frente a las necesidades "del pueblo". La difusión de estos comentarios, que según su autor reflejan el sentir de los carabineros, ha provocado una reacción unánime de repulsa en Italia. Parlamentarios y cargos institucionales del variado espectro político del país coincidieron con el primer ministro, Massimo D'Alema, en condenar el caso por su "inaudita gravedad". El comandante del Arma, general Sergio Siracusa, se distanció inmediatamente de las afirmaciones de Pappalardo y ordenó el cese del coronel, que mandaba un regimiento, y le invitó a dimitir de su cargo de presidente del Comité Central de Representación (Cocer). Así lo hizo anoche.Ayer, el ministro de Defensa, Sergio Mattarella, confirmó su intención de comparecer el lunes en el Senado para responder a las preguntas de los parlamentarios, mientras el autor de la diatriba defendía en la prensa su derecho a mantener un punto de vista filosófico "sobre una nueva sociedad". Para el coronel Pappalardo, teorizar sobre un Estado sin partidos, criticar a los sindicatos, atacar a los empresarios y a los "políticos corruptos" que "le quitan las pensiones a los carabineros", no es una actividad subversiva, ni siquiera cuando un panfleto de estas características se apoya en la firma del Cocer. El parasindicato (el Arma de Carabineros no está autorizada a tener una representación sindical propiamente dicha), que ha mantenido algunos enfrentamientos con el Ejecutivo a propósito de la última ley de Presupuestos, se distanció ayer del documento redactado por su presidente.

Más allá de la lógica polémica y de la repulsa suscitada por un texto "golpista", en palabras del jefe de los diputados del partido de los Demócratas de Izquierda (DS) Fabio Mussi, al que pertenece D'Alema, muchos políticos se preguntaban ayer cómo es posible que el mando de los carabineros desconociera este documento enviado a todos los cuarteles el 17 de enero pasado. Y si era conocido, ¿por qué nadie lo retiró y amonestó al autor? "Ya tenemos a nuestro propio Tejero", declaraba ayer el diputado de Forza Italia Marco Taradash. En todo caso, un Tejero a la italiana sin otro armamento que los fuegos artificiales de una oratoria inflamada.

La decisión de cesar a Antonio Pappalardo, de 53 años, con un pasado político antes que militar (en 1993 fue subsecretario en el Gobierno de Carlo Azeglio Ciampi), ha ido acompañada por una doble denuncia de la Comandancia de Carabineros ante el fiscal militar y el fiscal civil del Estado.

El caso Pappalardo arroja una sombra sobre la respetabilidad democrática del Arma de Carabineros justamente el día en el que el Senado ponía punto final al largo proceso con la aprobación de una nueva ley que hace del cuerpo la cuarta fuerza armada del país, con total autonomía dentro del Ejército y dependiendo exclusivamente del Ministerio de Defensa.