Intervenidos 612 grabados de Dalí por vulnerar la edición original limitada
La Brigada de Patrimonio Histórico de la Policía ha intervenido en un almacén de Cadaqués, propiedad del ex colaborador de Salvador Dalí John Peter Moore, 612 grabados de Los caprichos de Goya junto con las 80 planchas de cobre utilizadas para su impresión, todavía intactas, y que una ley no escrita del mundo del arte obliga a destruir una vez concluida la edición limitada. La Fundación Dalí ha analizado las obras intervenidas y ha podido encontrar claros indicios de que no pertenecen a la edición original que el artista ampurdanés realizó en 1977. Otra línea de investigación ha permitido probar que se han extendido falsos certificados para autentificar la obra Le bestiarie de la fontaine dalinisé (1974).John Peter Moore, súbdito inglés de 81 años, prestó declaración ante el juez y negó cualquier manipulación de la obra de Dalí. Moore fue el responsable de comercializar la obra gráfica de Dalí en el extranjero durante los años sesenta. La operación policial se inició el pasado mes de octubre partiendo de informaciones de la Fundación Dalí, que advirtió adulteraciones de la obra del pintor en el mercado del arte. A la fundación acuden con regularidad compradores de arte que desean autentificar piezas. Algunas de estas obras tenían su origen en el Centro de Arte Perrot-Moore de Cadaqués. Una de las obras que la fundación reconoció como falsas, un grabado de la serie Los caprichos de Goya, que Dalí realizó metamorfoseando las creaciones del pintor de cámara de Carlos IV, tenía adherida una etiqueta de una empresa encuadernadora de Girona.
Testimonio clave
La investigación policial pudo determinar que Moore había encargado y pagado la elaboración de las carpetas, diseñadas para contener los grabados, entre los años 1995 y 1996, 18 años después de que la serie original de Dalí saliera al mercado en una edición limitada de 200 ejemplares más otras 20 pruebas de artista.
Resulta clave el testimonio aportado por Joaquín Martínez Miró, ex secretario de Moore, quien apuntó la posibilidad de que hubiera salido al mercado una posible reedición de Los caprichos. El año de esta supuesta impresión fraudulenta, 1996, coincide con el encargo de las carpetas y no deja ninguna duda de que se habría realizado sin la autorización del pintor, que había muerto siete años antes.
La investigación seguida en torno a Le bestiarie de la fontaine dalinisé ha permitido descubrir que los certificados facilitados por un distribuidor-editor residente en Pamplona también eran falsos. La sociedad editora francesa, Éditions de Maîtres Contemporains, no ha reconocido como suyos los documentos que acompañaban la obra.
Las planchas de cobre, los grabados y las carpetas fueron localizados en una nave-almacén anexo de la finca La Capitanerie de Cadaqués. Las 80 planchas, presumiblemente todas las que Dalí utilizó para la serie artística, no habían sido rayadas ni horadadas, una práctica que se lleva a cabo para evitar que la edición limitada original pueda verse perjudicada por impresiones no controladas. Las planchas han sido remitidas a la Fundación Gala-Salvador Dalí para ser sometidas a un análisis.
El abogado de Moore negó ayer a través de una nota que dichas planchas estuvieran intactas. Según dijo, están "totalmente inutilizadas técnicamente para el grabado".
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