Cautela oficial ante la denuncia de una red dedicada a traer niños de México

La policía y la Guardia Civil investigan una denuncia sobre el posible robo de niños en México que aseguran han recibido con "extrema cautela" a instancias del Ministerio de Asuntos Exteriores. Según la denuncia interpuesta por la asociación mexicana Fundación Nacional de Niños Robados y Desaparecidos de México, una orden religiosa, Operarios del Reino de Cristo, que tiene una delegación en Olías del Rey (Toledo), podría haber introducido de manera ilegal a esos 20 niños en 1997, que habrían llegado a dicha localidad para ser dados en adopción.En declaraciones a la Cadena SER en Toledo, el párroco de Olías del Rey y miembro de esta orden, Roberto Abeja, negó tajantemente que su orden hubiera intervenido en alguna adopción ilegal. Abeja explico que hace unos 15 años ayudaron a tres familias a adoptar "legalmente" y traer a España a tres niños de México, "pero nada más". Un párroco de su orden, que acudía frecuentemente a la capital mexicana, se encargó de viajar con los niños hasta Madrid a petición de los padres adoptivos. Fue un "favor" que pidieron las familias. Al poco tiempo, añadió Abeja, el Gobierno mexicano endureció las normas de adopción obligando a los padres a viajar hasta el país. Desde entonces ya no es posible que un sacerdote se traiga a más niños, "ni como favor" a una familia que así lo solicite.

El párroco desconoce cuál es el origen de la denuncia, aunque supone que "es algún deseo de enlodar por alguna revancha tonta, porque si fuera verdad la policía no se hubiera quedado de brazos cruzados". Denuncia que llega de un país en el que todo el mundo sabe, subrayó, que en las propias casas-cuna funcionan los denominados coyotes que facilitan, o no, la tramitación de una adopción en función del dinero que entreguen las familias interesadas.

Fuentes de la Consejería de Bienestar Social de Castilla-La Mancha aseguran que sería "prácticamente imposible" poder sacar de manera ilegal a veinte niños sin despertar las sospechas de la policía aduanera. Los vecinos de este pueblo -el alcalde estuvo ilocalizable todo el día- niegan la presencia allí de niños mexicanos.