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Entrevista:MIGUEL DORRONSORORESPONSABLE DE PRODUCCIÓN DE ROBOTIKER

"El futuro de la robótica está en el sector militar, el ocio y las instituciones"

En los últimos 20 años, la robótica ha dejado de ser una cuestión de minorías para convertirse en un instrumento de producción cotidiano en las empresas. Miguel Dorronsoro (Vitoria, 38 años), responsable de procesos de fabricación del Centro Tecnológico Robotiker, aventura que los retos de futuro del sector pasan, entre otros aspectos, por la extensión del uso de los robots de servicio y la aplicación civil de técnicas que, en buena medida, en la actualidad asume el sector militar. Pregunta. Para aclarar conceptos previos, lo mejor sería definir qué es un robot.

Respuesta. El robot industrial es una máquina de manipulación automática reprogramable y multifuncional, con tres o más ejes, y que se utiliza para posicionar y orientar diferentes materiales o piezas en un entorno productivo. Cuando las tareas que lleva a cabo el robot no pertenecen al entorno industrial, se dice que es un robot de servicio. Normalmente estos últimos son más complejos, generalmente móviles y capaces de trabajar en entornos no estructurados.

P. ¿Qué situación atraviesa el sector de la robótica?

R. Actualmente, la mayor parte de las unidades se utilizan en aplicaciones industriales de producción. Luego, hay una pequeña proporción de robots de servicio. De los primeros, los industriales, hay entre 700.000 y 800.000 unidades instaladas en el mundo, y de los de servicio hablaríamos de unos 5.000.

P. Estos robots de servicio, ¿qué utilidades tienen?

R. Se utilizan en aplicaciones que no tienen que ver con la producción, como aplicaciones médicas, de limpieza, agrícolas, construcción y otras actividades variadas. Por contra, los robots industriales abordan aplicaciones como la soldadura, manipulación, mecanización o montaje, y en España conforman un parque de unas 9.000 unidades. En el País Vasco las dos empresas que son buques insignia de la utilización de esta tecnología son Mercedes y Gestamp.

P. ¿Cuáles son las perspectivas inmediatas del sector?

R. El robot ha pasado de ser una tecnología desconocida a ser un elemento más que se ha integrado en los procesos de producción. Está madura y evoluciona en función de las necesidades que se van suscitando en la industria. En concreto, el sector del automóvil y sus empresas auxiliares son los que más unidades de robots integra.

P. En muchas empresas la robotización ha supuesto la pérdida de puestos de trabajo.

R. En un principio puede que sí. Sin embargo, hay que tener presente que la instalación de robots supone, en general, la eliminación de mano de obra en ambientes que son poco propicios, incluso peligrosos, evitando la manipulación por operarios de elementos pesados, o la realización de tareas que son repetitivas o aburridas, pesadas, sucias o peligrosas. En general, la consecuencia es que los recursos humanos se dedican a tareas de mayor responsabilidad y creatividad como la planificación y supervisión del programa de fabricación, mantenimiento de las máquinas,... Por tanto, se puede concluir que, a pesar de que la introducción de robots elimina puestos de trabajo de bajo nivel, fomenta e induce la creación de nuevas tareas de mayor nivel.

P. ¿A qué fronteras se enfrenta la robótica?

R. Hay tres carencias en los robots actuales. Las centramos en la inteligencia, en la movilidad y en las capacidades de aprendizaje de estas máquinas. En estas líneas previsiblemente estarán las mejoras. Sin embargo, los sectores que más van a impulsar los desarrollos más avanzados, probablemente no serán los productivos, ya que no demandan mucha inteligencia, movilidad o aprendizaje. Serán el sector militar, el de ocio y entretenimiento, así como las instituciones y los servicios públicos los que marquen las pautas futuras de los desarrollos más espectaculares.

P. La iconografía clásica situaba a estas máquinas como empleados domésticos. ¿Esto será factible?

R. El ambiente de una casa es difícil para que se desenvuelva un robot, ya que se trata de un hábitat no estructurado. Estas máquinas son capaces de repetir tareas porque tienen un programa y un ambiente conocido prácticamente invariable, y esa situación no se da en una vivienda. Deberían estar dotados de unas herramientas de control muy superiores a las actualmente presentes en los robots industriales o de servicio.

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