Fernando Biderbost muestra en Vitoria su personal mundo pictórico
Fernando Biderbost (Bilbao, 1955) es un pintor autodidacto, vinculado desde sus comienzos a los principales movimientos artísticos bilbaínos, que expone hasta el próximo 8 de mayo en la sala de exposiciones Zuloa (Correría, 21) de Vitoria. Son pinturas de distintos formatos y en diferentes soportes que muestran el personal mundo imaginario de Biderbost, que se enfrenta al nuevo milenio con una depuración de su lenguaje pictórico, sin abandonar su gusto por las imágenes oníricas.
Fernando Biderbost carece de una formacion académica (algo que no echa en falta), pero siempre ha estado en el meollo artístico del País Vasco, desde aquellos tiempos en que formó parte del colectivo El Desván -vinculado al PCE-, junto con Josetxu Ibarrola, Pachi Cobos o los hermanos Roscubas, a los que ha tomado el relevo en la sala de exposiciones Zuloa.Las obras que muestra en esta ocasión (una treintena de pinturas de pequeño y medio formato y quince dibujos) han surgido del estudio del artista bilbaíno en este último año y medio: dominan las formas ensoñadoras en colores brillantes y, a veces, hasta chillones. Y es que, como ha señalado Biderbost en alguna ocasión, para él color es vehículo de expresión". "En los años ochenta, cuando quería controlar el espacio, mi obra se caracterizaba por una ausencia casi total de color; en la actualidad, estoy trabajando en lo psíquico, de ahí el aumento en las gamas, porque la psique es algo denso, ni lineal ni plano".
La creación de Biderbost conjuga por igual lo abstracto y lo figurativo, el trazo medido y la improvisación. "No distingo entre la abstracción y la figuración" , se ha definido. Porque la creación de este bilbaíno no trata de abarcar un pedazo del paisaje, urbano y campestre, sino de recoger las sensaciones que en un momento fugaz han pasado por su mirada. De ahí que entre los trazos descontrolados de muchas de sus obras puedan surgir animales, objetos, rostros...
Aclara Biderbost que ahora "está limpiando un poco" su creación: de aquellas oscuridades de los ochenta saltó al caos cromático en los noventa, para ofrecer en estos últimos tiempos una depuración que no olvida la crítica de sus orígenes, en el particular recorrido de Biderbost. Dentro de este trabajo que presenta en Vitoria, ha recogido una serie de dibujos titulados Estampas alavesas, expresamente realizadas para esta ocasión.
Este artista veterano también tiene palabras para las nuevas infraestructuras artísticas: "El Gugenheim se trata del resultado lógico de una economía de mercado que engloba también al mundo del arte. Hoy en día, la gente está dirigida en todos los aspectos de la vida y este no iba a quedarse fuera", argumenta.
Esta exposición de Fernando Biderbost se encuadra en la nueva orientación que va a dar Zuloa Espacio, después de que tuviera que cerrar su sección de librería.
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