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INFORME "UNIVERSIDAD 2000"

Las universidades proponen medidas especiales para limitar las repeticiones de curso Plan de choque contra el bloqueo que provocan las llamadas asignaturas 'hueso'

Uno de los grandes problemas de las universidades es el desfase entre la duración oficial de las carreras y el tiempo que tardan realmente los estudiantes en acabarlas, según el informe Universidad 2000, presentado el viernes en Madrid. Para evitar que los alumnos se eternicen en sus estudios propone, entre otras medidas, asignar al estudiante cuando empieza la carrera una tarjeta con un número limitado de créditos académicos que se van consumiendo con cada nueva matrícula. Estos créditos se redefinirían para que no equivalgan, como actualmente, al número de horas de clase sino a trabajos realizados. El informe pide también un plan de choque para evitar la proliferación de las asignaturas hueso que bloquean el progreso de los alumnos.

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Todos los expertos coinciden en señalar los grandes efectos que provocan las excesivas repeticiones de curso. En la mayor parte de los países europeos se produce este mismo problema. El documento señala que, por ejemplo, en Dinamarca, Francia y Austria se necesitan habitualmente siete años para completar una carrera cuando oficialmente deben cursarse en cuatro o, a la sumo, en cinco años. Las repeticiones excesivas de los alumnos pueden estar provocadas, según el informe Universidad 2000 (versión íntegra en www.crue.upm.es) por el bajo rendimiento de los alumnos y por las evaluaciones excesivamente rigurosas. El informe también propone la creación de la figura del profesor asesor del alumno y la expedición de un certificado cuando se realicen cursos aislados.La excesiva permanencia en la universidad degenera además en una pérdida de los recursos económicos de los que disponen las universidades para cada alumno. Si se evitara la inversión en alumnos multirrepetidores se conseguiría un saneamiento del sistema en general y un mayor gasto por estudiante. Estos son los principales aspectos que señala el informe:

- Créditos académicos. En los modernos sistemas educativos, los créditos académicos se han convertido en la unidad de medida de las carreras y a cada asignatura se le asigna un número determinado de ellos. En España, las carreras constan actualmente de entre 180 y 400 créditos y cada uno equivale a 10 horas de clase. El informe propone cambiar este sistema y atribuir a cada alumno, al empezar la carrera, un número limitado de créditos, como si se tratara de una tarjeta que iría consumiendo al realizar la matrícula de cada curso. Una vez agotada dicha tarjeta -cuantas más matrículas haga más rápido será el consumo- terminaría su derecho a proseguir esos estudios. Sin embargo, el estudiante no estaría limitado temporalmente para utilizar esos créditos. El documento no concreta a cuántos créditos equivaldría cada curso en atención a la autonomía universitaria.

Otro de los cambios que propone el texto es redefinir los créditos académicos, tanto en las universidades como instituciones extrauniversitarias que imparten estudios superiores, para que no equivalgan a un número de horas de clase sino para que midan la intensidad del aprendizaje. Se concederían créditos por exámenes superados, trabajos o proyectos de investigación realizados o asistencia a seminarios, y cada curso académico equivaldría a 60 de los nuevos créditos. En otros países europeos -como el Reino Unido, Italia y Estados Unidos- ya se hace de este modo y es la tendencia dominante en la UE. La propuesta va por tanto encaminada a facilitar la homologación de los estudios dentro y fuera de España.

- Asignaturas hueso. El documento pide que cada universidad cree los mecanismos o las instituciones adecuadas para que se solventen las situaciones de rigor desproporcionado en la evaluación de ciertas asignaturas hueso, algo que ocurre a menudo en algunas carreras técnicas.

- Becarios. Los estudiantes con pocos recursos económicos que estudian con beca deben cumplir unos requisitos académicos para renovar su beca que no se exigen a los alumnos que se pueden costear sus estudios. Éste es otro de los argumentos que da el informe para proponer medidas que limiten la permanencia de los alumnos en la universidad.

- Asesor del alumno. El apoyo a los estudiantes para facilitar el logro de sus objetivos académicos es otra de las preocupaciones de las universidades. Por ello, el documento pide la creación de la figura del profesor asesor del alumno. Cada uno de esos docentes se ocuparía de apoyar a un número limitado de estudiantes durante toda carrera.

- Certificado de estudios. El texto propone además dar un certificado a los estudiantes cuando superen cursos aislados para acreditar los conocimientos adquiridos.

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