Muñecas negras y blancas
Uno de los objetivos del estudio era observar si entre los chavales de dos a seis años pueden darse actitudes precursoras del racismo. Para investigarlo a los niños se les enseñan dos muñecas, una negra y otra blanca, y se les pregunta con cuál prefieren jugar y porqué; si una es mejor que la otra o si alguna es mala. Se trata de saber si los chicos asocian rasgos positivos o negativos a un color de piel, una actitud que puede ser indicio de futuras actitudes racistas.Los chiquillos, en sus contestaciones, tanto los de familias excluidas como los de clase media, tienden a atribuir a la muñeca blanca las características positivas y las negativas a la negra. Pero esa actitud se da sólo en una parte de las respuestas, no en la mayoría, por lo que las autoras consideran que los resultados no son preocupantes. "En pruebas realizadas en los años cincuenta en Estados Unidos todos los niños preferían la muñeca blanca, aquello dió la alarma y desde entonces las series televisivas empezaron a mostrar personajes de otras etnias en papeles positivos, y no, como hasta entonces, siempre en el rol de malos", añade Díaz-Aguado.
El estudio concluye que, de los dos a los seis años, los chavales se relacionan con sus compañeros en función de la actitud de éstos, no de su color de piel. "El problema es que en los niños en desventaja -buena parte de ellos chicos de otras etnias- son más frecuentes algunas conductas difíciles y eso puede hacer que, ya de más mayores, sufran el rechazo de sus compañeros", argumentan las autoras.
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