Zotal contra la movida de Granada
"Si hay un día al año en que los jóvenes de la movida no van a aparecer por aquí", decía un hombre, "es precisamente éste". Y así era. La plaza de Gran Capitán, en Granada, donde todos los fines de semana se reúnen centenares de muchachos para celebrar botellones, estaba vacía la madrugada de ayer. La Fiesta de la Primavera, que se convocó muy lejos de Gran Capitán y que congregó a más de 10.000 personas, dejó el resto de Granada desierta. Los vecinos de la plaza, que querían hacer una manifestación llamativa contra la movida, se quedaron sin nada que hacer. Para colmo, el zotal que había vertido alguien en la zona, no se sabe si el Ayuntamiento o los vecinos, espantó a los pocos que acudieron a la plaza.Zotal. Mucho zotal. Y policía. Mucha policía. Gran Capitán no se parecía en nada a lo que viene siendo en los últimos años, un auténtico hormiguero humano, una gigantesca discoteca al aire libre donde cada uno es su propio barman. Y sus alrededores, un urinario inmenso. Tres ingredientes que pueden ser un explosivo cuando los vecinos de la zona se hartan y hacen lo que hicieron la pasada semana: impedir que se recoja toda la basura que han dejado los jóvenes la noche anterior.
Para la madrugada de ayer, los vecinos, muy espoleados, habían anunciado que llegarían a enfrentarse con la policía si ésta seguía sin intervenir en la movida. Luego rectificaron y decidieron que su protesta sería un barrido simbólico de la plaza para que lo captasen las cámaras de televisión. Se preveían altercados si aparecían los jóvenes del botellón. Pero no aparecieron. Celebraban la movida en otra parte.
El Ayuntamiento ya había tomado cartas en el asunto la madrugada del viernes. Varias decenas de policías locales habían acordonado la plaza sin dejar que se sentara la gente y habían puesto en marcha un reciente plan de control contra el ruido de las motos aprobado hace unos días. La madrugada de ayer hicieron lo mismo. Retuvieron a todo aquel que pasaba en moto, le pidieron los papeles y se quedaron con media docena de vehículos que no cumplían la normativa. Aparte del mal rato a sus propietarios, poco más pudieron hacer.
El mal olor del zotal que se había echado para desinfectar la plaza ahuyentaba a los pocos que se acercaban con sus bolsas de supermercado en las que llevaban las litronas. El despliegue de policías locales y nacionales tampoco invitaba a tomarse allí una copa. Pero eso fue la madrugada de ayer, en la que, además, se celebraba la Fiesta de la Primavera en la explanada del Palacio de Congresos. No se sabe que pasará en las próximas semanas.
Aunque la noche estuvo tranquila, hubo pequeñas escaramuzas. Algunos grupos de jóvenes, al ver el percal en Gran Capitán, se desplazaron a otros lugares próximos. Y algunos vecinos fueron a buscarlos. Y la policía intervino.
La situación de la movida en Granada tiene todos los visos de empezar a desquiciarse. El Ayuntamiento ha propuesto que los jóvenes se concentren en lugares deshabitados, como el campus de Fuentenueva, una zona universitaria amplia y sin bloques de viviendas en los alrededores. La Universidad no termina de decidirse a ver convertido el campus en un gigantesco urinario.
Y los jóvenes, con los precios prohibitivos de las copas en los pubs de Pedro Antonio de Alarcón, tampoco parecen dispuestos a encerrarse en los bares. Y no son unos cuantos grupos. Son miles y miles. Granada tiene casi 60.000 estudiantes que salen a divertirse. Y lo harán mientras no llueva o no echen zotal en la calle.
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