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JUSTICIAEL DECANO REIVINDICA MEJORES INSTALACIONES

Los juzgados de Valencia logran rebajar los litigios pendientes

Por primera vez en el último quinquenio, los 78 órganos judiciales de Valencia han conseguido invertir la creciente acumulación de casos pendientes con los que cerraban cada ejercicio. Según los datos facilitados ayer por el decanato de los juzgados, éstos cerraron 1999 con 31.333 asuntos por resolver, una elevada cifra que, aunque lustra acerca de los males de la Justicia española, implica un leve descenso (apenas un 2%) respecto al ejercicio anterior. 1998 se cerró con 31.777 litigios por resolver.

El dato, prácticamente irrelevante en términos absolutos, invierte lo que parecía una tendencia irrefrenable: La de la constante acumulación de casos en los juzgados de primera instancia, instruccción, penal, social, menores y de familia. Es decir, en todos aquellos órganos que dependen del decanato de Valencia. Las estadísticas no contemplan la productividad de los juzgados unipersonales de lo contencioso-administrativo, la mayor parte de los cuáles comenzaron a funcionar el pasado junio. En cualquier caso, y según fuentes judiciales, el volumen de casos que arrastran los juzgados sigue siendo preocupante y, a pesar de algunos avances, no tiene una pronta solución dados los profundos problemas estructurales que padece este sector de la administración. Así lo reconoce en su explicación de las estadísticas el decano de los jueces de Valencia, Fernando de Rosa. Éste alaba el esfuerzo de los jueces de primera instancia, que resolvieron 18.771 casos durante el año pasado por los 13.066 del año anterior.

Ahora bien, de Rosa advierte que la entrada en vigor de la nueva Ley de Enjuiciamiento Civil "provoque una sobrecarga en estos juzgados". Por ello, el decano solicita la creación de otro órgano encargado de resolver los pleitos motivados por las deudas o los intentos de desahucio, por citar sólo dos de las competencias de estos magistrados.

Carencias materiales

En este apartado, de Rosa hace especial mención a la situación de los juzgados de familia. Si el año pasado advirtió de la imposibilidad de que éstos órganos superaran el colapso que padecían, ahora se felicita, ya que la creación de un nuevo órgano ha mejorado de manera notable su productividad en una materia (separaciones, divorcios, custodia de los hijos, reparto de patrimonio) especialmente dolorosa para los litigantes. A pesar de todo, estos órganos acabaron el año con 1.163 asuntos pendientes.

El decano suma a su petición de nuevos juzgados las tradicionales quejas sobre la precariedad de medios en las que trabajan sus colegas y funcionarios a la espera de su traslado a la Ciudad de la Justicia, el complejo que acabará con la actual dispersión de órganos. En ese sentido, de Rosa recuerda que los juzgados de lo social están "en unas instalaciones totalmente inadecuadas", con especiales problemas de seguridad e higiene.

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Otro tanto sucede en los juzgados de lo penal. Allí, la memoria del decanato crítica la inexistencia de una sala de testigos, por lo que "en muchas ocasiones" esperan el juicio juntos "acusados, perjudicados y testigos", o sea, en ocasiones, agresores, agredidos y testimonios clave para que se consiga una condena.

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