Un bebé de 9 meses muere arrollado en su carrito por un camión volquete. La madre declara que cruzó con el semáforo en verde para los peatones
Úrsula, ciudadana de nacionalidad polaca, de 22 años, vio ayer morir a su hijo Alejandro, de nueve meses, bajo las ruedas de un camión volquete. Úrsula conducía a su bebé en el carrito por un paso de cebra regulado por semáforo cuando las dos ruedas traseras derechas del volquete aplastaron a la criatura. Sucedió a las 10.30 en la confluencia de las calles de Embajadores y Antracita, en el distrito de Arganzuela.El bebé murió en el acto bajo los gigantescos neumáticos de un metro de radio y 80 centímetros de anchura. Su madre sufrió rotura de pelvis y fue trasladada al hospital Doce de Octubre. "Lo peor", aclara el médico del Samur que la atendió, "es que contempló la muerte de su hijo, por lo que la tuvimos que aplicarle unos analgésicos y tranquilizantes".
El desgraciado accidente ocurrió cuando Úrsula paseaba con su pequeño Alejandro cerca de su domicilio, en la calle del Puerto de la Cruz Verde.
El camión de obra realizó un giro de 90 grados a la derecha desde la calle de Embajadores a la calle de Antracita. Con sus dos ruedas traseras derechas aplastó el carrito y al bebé, que se encontraban sobre el paso de cebra.
La Policía Municipal investigaba ayer si durante la maniobra del camión tenía preferencia el peatón. Los agentes tomaron declaración a la mujer, al conductor del vehículo y a un solo testigo. Éste aseguró que la mujer se disponía a cruzar correctamente con el semáforo en verde para el peatón. Eso mismo dijo la mujer. "Ella mantiene que estaba cruzando con la señal luminosa a su favor", comentó un portavoz policial. Además, los agentes tomaron ayer detalle de la frecuencia del semáforo, que sólo tenía dos tiempos: el de luz verde para los coches y el de ámbar para que pasaran los peatones. "En este semáforo no había luz roja para los vehículos para no obstruir el cruce", señaló ayer un portavoz policial.
El conductor del camión, José S. V., de 52 años y vecino de Alcobendas, trabaja para la empresa madrileña Sojetisa y dio negativo en la prueba de alcoholemia. Fue conducido por los agentes a la Unidad de Investigación de Prevención de Accidentes de la Policía Municipal y puesto en libertad tras declarar durante media hora. La Policía Municipal ha remitido todas las diligencias al juzgado de guardia para la investigación judicial. El juez ordenó ayer el secreto de sumario del caso.
Varios vecinos y trabajadores de la zona aseguraron que la mujer, que empujaba el carro con sus dos manos, se detuvo durante unos segundos en el paso de cebra. Luego cruzó al tiempo que el camión iniciaba la maniobra. "Escuché los gritos de la mujer, que decía: '¡Mi hijo, mi hijo!'. Cuando llegamos, nos encontramos al chaval debajo de las ruedas y a ella tirada en el suelo", cuenta un vecino.
Escasa visibilidad
Según dijeron algunos testigos, aunque el cruce es de escasa visibilidad, la mujer tuvo que distraerse un poco o se confió. "El camión fue girando hacia dentro y ella debió de mirar hacia otro lado, porque creo que no se dio cuenta hasta que no lo tenía encima", dijo otro trabajador de una obra cercana.
En la calle del accidente hay varias señales donde se advierte del peligro para los coches por las obras de un ambulatorio médico para la zona. "Én ese cruce se está haciendo un centro de salud y es tan peligroso como otros", dijo José Luis Sobrino, presidente de la Asociación la Unidad de Arganzuela. "El problema en esa intersección es que los camiones y vehículos no respetan el ámbar del cruce", añadió Sobrino. "Además, esa zona se ha convertido en peligrosa para los peatones porque se están construyendo muchas casas por la aplicación del nuevo Plan General de Urbanismo, que ha modificado una zona industrial en residencial".
"La Policía Municipal debería controlar más el paso de los camiones en esa zona donde los peatones están un poco indefensos", reclamó Andrés Clemente, presidente de la comuniad de vecinos situada en el número 68 de la calle de Embajadores.
El pasado año murieron atropelladas en las calles de Madrid 41 personas y otras seis han fallecido arrolladas en los dos primeros meses de este año, según la Policía Municipal. El 60% de los fallecidos el año pasado en Madrid por accidentes de tráfico fueron peatones atropellados.
En 1999 hubo en Madrid 1.630 accidentes por atropello, con 1.671 peatones heridos y 41 muertos, mientras que en 1998 se sucedieron 1.650 accidentes con 53 muertos y 1.672 heridos.
Seis muertos
En los dos primeros meses de este año hubo seis víctimas mortales, cuatro en enero y dos en febrero. Los atropellos se han disparado durante este mes en Madrid, ya que, el pasado viernes 16, ocho personas resultaron heridas de diversa consideración en varios accidentes.
Uno de estos casos fue el de una niña de cuatro años en la calle de Almendrales (Usera), que sufrió heridas graves, según los médicos del Samur.
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