Amnistía y negociación
El plan para liquidar la resistencia chechena tiene en la oferta de la amnistía su aspecto más moderado, que Putin se encargó de poner ayer de manifiesto al asegurar que la pelota está ahora en el bando de los combatientes que pueden beneficiarse de las medidas de gracia. "Quienes no tengan las manos manchadas con la sangre de ciudadanos rusos y no hayan robado o asesinado tienen una oportunidad", subrayó. Y añadió: "Estamos dispuestos a negociar con esa gente para resolver los problemas del territorio en el que ahora nos encontramos". Aparentemente, con esa enigmática referencia se refería a discutir los términos de la rendición de los guerrilleros que combaten en las montañas del sur en los que las fuerzas federales están encontrando una fuerte resistencia. No parece verosímil un giro radical el rechazo de Putin a discutir una solución política al conflicto ni siquiera con el moderado presidente checheno, Aslán Masjádov.
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