Un incendio quema una zona boscosa de la Alta Garrotxa y otro arrasa 20 hectáreas en la comarca del Priorat
Un total de 18 vehículos de bomberos y 3 avionetas de vigilancia y ataque se sumaron ayer a la extinción de un incendio forestal que se desató a mediodía entre los municipios de Ulldemolins (Priorat) y La Pobla de Cèrvoles (Les Garrigues). En un principio, el fuerte viento que sopló durante la mañana dificultó las tareas de extinción, aunque los bomberos consiguieron controlar el fuego alrededor de las seis de la tarde, cuando la potencia del viento fue menor. El fuego arrasó entre 15 y 20 hectáreas de pino y bosque bajo. Por el momento se desconocen las causas que originaron el incendio, que a última hora de la tarde de ayer todavía no estaba extinguido, aunque los bomberos esperaban finalizar su tarea durante la noche. Las avionetas se retiraron al oscurecer. Su ausencia se suplió con el envío de tres vehículos más. En el otro extremo de Cataluña la inaccesibilidad, la altitud y un fuerte viento que propagaba con rapidez las llamas complicaron las tareas de extinción del incendio que se declaró durante el mediodía de ayer en El Puig de les Bruixes, un pico de 1.393 metros de altitud situado a caballo entre la Alta Garrotxa y el Alt Empordà, a escasos kilómetros de la comarca francesa del Vallespir. Lo abrupto e impracticable del terreno permitió a los bomberos trabajar sin el temor de que el fuego pudiera afectar núcleos habitados y sin la urgencia de desalojar viviendas. El acceso de los vehículos al terreno fue imposible y sólo cuando aparecieron los medios aéreos, a primeras horas de la tarde, se pudo controlar un incendio que amenazaba con expandirse a zonas forestales de mayor frondosidad. El fuego se inició hacia el mediodía por causas que se desconocen y habría podido afectar, según las primeras impresiones de las fuerzas de extinción, a unas 25 hectáreas.
Unos 50 hombres, entre bomberos, miembros de ADF y voluntarios, participaron en las tareas de extinción, aunque fueron los helicópteros e hidroaviones los que tuvieron un papel relevante. Los vehículos se veían obligados a detenerse a una distancia de unos dos kilómetros de las llamas y los bomberos debían recorrer a pie este trecho. Sólo a partir de la intervención de los cuatro hidroaviones desplazados hasta el lugar, dos de ellos enviados por las autoridades francesas, el fuego pudo darse por controlado. Participaron también en la operación dos helicópteros bombarderos y dos avionetas.
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