Sólo el 15% de quienes usan su coche para viajar entre capitales utilizaría el tren de alta velocidad
El 15,4% de las personas que utilizan su coche particular para desplazarse cada día entre las tres capitales vascas por razones de trabajo estaría dispuesto a pasarse al tren de alta velocidad que en el futuro enlazará Bilbao, San Sebastián y Vitoria. El porcentaje sube hasta un 43% cuando se trata de usuarios de autobús. Estos son algunos de los datos más relevantes de un estudio encargado por el Departamento de Transportes para conocer la aceptación ciudada de la nueva red ferroviaria proyectada -la Y vasca- y determinar así si será rentable en términos sociales y económicos.
El consejero de Transportes, Álvaro Amann, reconoció ayer durante la presentación del trabajo que el "gran competidor" del proyectado tren de alta velocidad es el automóvil. "Se ha impuesto en la sociedad la cultura del vehículo privado. Es uno de los grandes problemas en la actualidad. El coche se utiliza muchas veces de manera irracional. En principio, parece que sólo un 15% de los usuarios de automóvil se decantaría por el tren. Hay que conseguir mayores cotas. Ahí está el reto", dijo. La consejería encomendó al Laboratorio Sociológico e Informático Gizaker una investigación para conocer cómo se trasladan los vascos en sus desplazamientos entre las tres capitales y qué exigirían a un transporte colectivo como el tren para cambiar sus hábitos. "Se trata de conocer a qué nos enfrentamos a la hora de presentar una alternativa al transporte por carretera", resaltó Amann.
Según datos del Instituto Vasco de Estadística, 600.000 vascos se desplazan diariamente desde su lugar de residencia a otro municipio por motivos de trabajo y estudio. "Se trata de un índice muy elevado de desplazamientos, teniendo en cuenta que en Euskadi hay 2,1 millones de personas, y exige la utilización de un medio de transporte colectivo", enfatizó el titular de Transportes.
El informe se realizó durante el último trimestre del año pasado. Las conclusiones finales se han obtenido tras procesar los datos procedentes de la realización de una encuesta en tres puntos concretos de las autopistas A-68 y A-8, y de la N-1 a 4.481 personas que realizaban trayectos en vehículos privados entre las capitales. Además, se encuestó telefónicamente a otros 772 conductores, y a 1.204 usuarios de autobús se les preguntó directamente cuando esperaban el autocar en las estaciones urbanas y campus universitarios de Vitoria, Bilbao y San Sebastián.
1.500 pesetas de coste
Después de conocer la opinión de los automovilistas, el informe concluye que para dejar de usar el coche, el coste del trayecto en tren no debe suponerles un desembolso superior a las 920 pesetas. Los que utilizan el coche para despalzarse se gastan cada día una medida de 1.567 pesetas entre gasolina y peajes. El tren debe ofrecer también comodidad y rapidez. Según el estudio, el sector del vehículo privado es "un mercado duro". "Sus usuarios son favorables a un tren que conecte las tres ciudades, pero sólo se comprometen a emplearlo de manera complementaria y esporádica y no como un sustitutivo".
El consejero recordó que el hecho de que sólo un 15% se haya mostrado tajantamente decidido a apostar por el tren no es un argumento que juega en contra de la construcción del trazado de alta velocidad. "El metro de Bilbao sólo ha logrado atraer a un 10% de las personas que antes de su construcción utilizaban el coche. ¿Eso hubiera justificado no construir el metro cuando en la actualidad tiene 50 millones de usuarios anuales? Lo que hay que hacer es dar alternativas a la ciudadanía para mejorar su calidad de vida con desplazamientos más cómodos, aunque es importante ganar usuarios, porque si no no se justifican para nada las inversiones".
Así, Amann insistió en que el nuevo tren de alta velocidad debe ser "sinónimo de vanguardia, modernidad y alta calidad". El ámbito de los usuarios del autobús es más receptivo al cambio, en buena parte debido a que no están satisfechos con la comodidad de este medio de transporte. A diferencia del automovilista, no demandan gran velocidad media y sólo exigen que el ferrocarril les suponga un coste similar al del autobús, 640 pesetas de media. Al menos un 43% de ellos está dispuesto a realizar un uso intensivo y de alta frecuencia del tren.
Equilibrio
Amann puntualizó que no se trata de entablar una "batalla para ganar al coche", sino de buscar un "equilibrio" en las formas de desplazamiento. El estudio destaca algunas de las características que van a definir al futuro tren: su rapidez (cobertura de trayectos entre capitales a 110-120 kilómetros por hora), una elevada frecuencia horaria, capacidad de adecuarse a las necesidades de los diferentes colectivos de usuarios, seguridad y modernidad.
Otro de los aspectos en los que quiere insistir el departamento es en el medioambiental. "La Unión Europea", señaló el consejero, "viene marcando las pautas desde hace unos años. El tren es uno de los sistemas de transporte que menos contamina y la ciudadanía se tiene que ir concienciando de lo importante que es esta circunstancia", afirmó.
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