Aznar negociará con CiU y CC para que apoyen su investidura

El presidente del Gobierno en funciones, José María Aznar, anunció ayer al Comité Ejecutivo Nacional de su partido que tiene intención de retrasar su investidura hasta después de Semana Santa para poder contar con el apoyo expreso, al igual que en la legislatura pasada, de CiU y Coalición Canaria. Aunque Aznar dispone ahora de mayoría absoluta, quiere los votos de ambas formaciones para demostrar que está "a la altura de las circunstancias". Por contra, descarta al PNV.

El presidente del PP compareció ayer ante la dirección de su partido con el aval de los 183 escaños logrados el domingo, que le dan la mayoría absoluta, y con la declaración triunfalista de que el pasado ha terminado y no hay marcha atrás. Sin embargo, junto a ello advirtió a los suyos de que deben saber administrar la victoria electoral con "tranquilidad, humildad y seriedad". En esta línea, Aznar reveló que su investidura no se producirá antes del 23 de abril, finalizada la Semana Santa, ya que tiene intención de negociar el apoyo de Convergència i Unió (CiU) y Coalición Canaria (CC) para sumar sus votos a los del Partido Popular. De hecho, dirigentes de las tres formaciones ya han iniciado, sólo dos días después de los comicios, conversaciones exploratorias para intentar llegar a algún acuerdo. De la ronda queda descartado a todos los efectos el Partido Nacionalista Vasco, socio de los populares hasta la recta final de la legislatura pasada. Aznar mantiene con la formación de Xabier Arzalluz el criterio de que, mientras los peneuvistas permanezcan en el Pacto de Lizarra, no será posible el entendimiento. Javier Arenas, secretario general del partido, y Mariano Rajoy, director de la campaña electoral y ministro de Educación y Cultura en funciones, informaron del desarrollo de la reunión, añadiendo algunas consideraciones al discurso de Aznar. Las alusiones al "franquismo, la derechona o las libertades" que la izquierda ha venido dedicando al PP están abocadas "al más absoluto de los fracasos". "Ya nadie es de nadie", enfatizó Rajoy.