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EMPRESAS Y EMPRESARIOS

Más de medio siglo en las cocinas

Maribel Marín Yarza

Bergara es la cuna de todo un imperio en el sector del menaje de cocina. Allí nació, hace ahora 51 años, Marcos Larrañaga SA, una pequeña empresa familiar que comenzó a fabricar cazuelas en un pequeño taller del centro del pueblo y hoy mira hacia atrás y no se reconoce. Marcos Larrañaga es en la actualidad un paragüas que agrupa a las empresas Lacor SA, Ibili Menaje SA e Industrias Ibili SA, que factura 3.500 millones de pesetas al año y exporta desde sartenes, a woks (recipiente para cocinar al vapor, al estilo japonés) pasando por utensilios de repostería, a países de todo el mundo. Todo, desde las avanzadas instalaciones que posee en la localidad guipuzcoana.El grupo, que da trabajo a 130 empleados, abarca los dos segmentos fundamentales del mercado del menaje; fabrica productos para el sector hostelero y llega también a las cocinas de familias de todo el mundo. No se puede hablar de un año de despunte del grupo. José María Aguado, asesor de Marcos Larrañaga, asegura que si por algo se ha caracterizado es por una "línea continuadora" que ha hecho que Lacor, por ejemplo, sea hoy la firma líder en el sector de menaje de hostelería, por delante de Pujadas. Esta realidad contribuyó a que el pasado año la facturación del grupo llegara a 3.500 millones.

Marcos Larrañaga, SA

Año de fundación: 1949Actividad: Fabricación y diseño de utensilios de menaje de cocina para hostelería y uso doméstico. Plantas: Bergara Facturación (1999): 3.500 millones de pesetas Porcentaje de exportación: 30% Plantilla: 130 empleados

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De la cazuela al 'wok'

Las previsiones para el presente ejercicio se presumen aún mejores; ascenderán, según Aguado, a los 4.000 millones de pesetas. Y es que Marcos Larrañaga, que cumplió medio siglo de vida en 1999, celebró algo más que una simple efeméride. Logró el ISO 9002, consagró la fusión con Ibili, y compró la marca Wagner, una firma alemana puntera en el sector de hostelería que abre nuevos horizontes para la implantación del grupo bergarés en este país. "No compramos la empresa", afirma Aguado, porque "tenemos la suficiente capacidad industrial como para fabricar aquí los productos Wagner". La operación supone, en opinión de Aguado, "un paso importante en un sector excesivamente dependiente de la oferta exterior".

El grupo dispone de unas instalaciones de 18.000 metros cuadrados de superficie en el barrio de San Juan de Bergara. Allí se desarrollan todas las fases del proceso productivo en tres turnos durante las 24 horas del día. Todo está automatizado -también los almacenes- lo que permite que se fabriquen 10.000 piezas al día y un total de 3.000.000 a lo largo del año.

Marcos Larrañaga SA, una firma muy enraizada en su entorno, ha sabido anticiparse a las necesidades de futuro del sector y expandirse por todo el mundo. Los mercados internacionales suponen el 30% de su facturación anual. El grupo, que está presente en países de la Unión Europea, en Canada, Estados Unidos, Singapur y Marruecos, entre otros, ha trazado un plan estratégico para continuar con su expansión, y sin embargo, no prevé por el momento, según Aguado, la apertura de plantas fuera de Guipúzcoa. "Éste es un grupo muy arraigado, con todas las connotaciones de empresa vasca", dice.

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Los orígenes

El consorcio es hoy lo que es por la apuesta de varias familias de Bergara. Ibili nació en 1942 por el empeño de José Igarza, Francisco y Vicente Biain y Marcos Larrañaga. Éste último abandonó dicha compañía cinco años más tarde y, en 1949, emprendió su aventura en solitario.

El juego empresarial ha hecho que medio siglo después sus compañías aúnen esfuerzos para acaparar buena parte del mercado nacional e internacional y que sus herederos compartan la aventura que ellos iniciaron: Juan Carlos Larrañaga, como gerente de Lacor, y José Ignacio Igarza, como responsable de Ibili. Aunque la situación es bien distinta que cuando comenzaron hace diez lustros.

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