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La mina de oro de la productora holandesa

El dueño de Endemol vendió la idea a la CBS por 3.000 millones. También la han comprado cinco países europeos

Uno de cada 15 holandeses encendió el televisor regularmente para sumarse a la pasion colectiva de Big Brother y ver escenas de escasa pasión: Sabine frente al espejo del baño, lavándose los dientes y gesticulando en paños menores. Bart haciendo contracciones de sus musculosos brazos, su ocupación favorita. El grupo sentado en un pequeño living de ambiente espartano, sin gracia, ni libros, ni estilo. Sobre una mesa de centro una bolsa de patatas fritas compartida y la conversación incoherente del grupo a cualquier hora del día.El culebrón sin demasiada historia de la potente productora Endemol se convirtió en una mina de oro y en un fenómeno sociológico. Nueve extraños encerrados durante 100 días: un soldado en paro, un vendedor de automóviles, un masajista, una ama de casa y una estilista, entre otros; cuatro mujeres y cinco hombres entre 21 y 44 años, cuyo único trabajo es exhibirse desde ese microcosmos artificial. ¿Se trata de un residuo de la torcida relación de los calvinistas con la privacidad? En el pasado, los pastores ordenaban a sus feligreses mantener sus ventanas abiertas, para que los vecinos comprobaran que en sus hogares no había ni juego ni bebida. La costumbre se ha mantenido hasta hoy, convirtiendo a Holanda en el país de las cortinas abiertas. Gran Hermano es el paroxismo.

Los productores de Endemol crearon una casa prefabricada en la zona industrial y desierta de Almere, no muy lejos de Amsterdam, con habitaciones separadas para hombres y mujeres, y un confesionario donde despotricar "en privado" la angustia de vivir sin intimidad. Los magnánimos realizadores les prometieron que sus compañeros de vivienda no escucharían sus confesiones, a veces salpicadas de lágrimas, pero se reservaban el derecho de transmitirlas a los 15,5 millones de ciudadanos, que esperaban ávidos.

Holanda se convirtió en el salto de trampolín de Big Brother, que los asociados de Endemol producen a nivel internacional. (En España, son los dueños de la productora Zepelin, entre otras) y que en Holanda emitió un canal privado. Terminó el año como el espacio de televisión más visto. Su dueño, John de Mol, de 44 años, es uno de los pocos europeos que ha logrado, según sus palabras "influir en la televisión estadounidense". Endemol ha vendido la idea a la CBS por 3.000 millones de pesetas, más que ABC, Fox y USA Cable Network. Sus acciones en bolsa registraron fuertes subidas durante los meses de emisión de Big Brother, y alcanzaron máximos cuando el formato fue adquirido en Polonia, Alemania, Portugal, Reino Unido y España.

Los nueve aprendices de actores aparentemente gozan de buena salud mental por ahora, un mejor estado financiero y todos han alcanzado los 15 minutos de celebridad: Sabine posando casi desnuda en la edicion holandesa de Playboy, y los menos populares exhibiendose en campañas caritativas o publicitarias lanzadas en televisión. Pero La asociación de psicólogos de Holanda advirtió de que el experimento era "irresponsable y poco ético" y que los daños mentales pueden ser "permanentes".

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