La derecha y la antigua guerrilla de El Salvador llegan igualadas a las urnas Delincuencia y privatizaciones, caballo de batalla en las elecciones de hoy
Enfrentados a tiros durante la guerra civil finalizada en 1992, la derecha, la Alianza Republicana Nacionalista (Arena), y la izquierda, el ex guerrillero Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), disputan hoy en las urnas, codo a codo, los 84 escaños del Congreso, 262 alcaldías y 20 representantes al Parlamento Centroamericano (Parlacen). La lucha contra la delincuencia desbocada, las privatizaciones en curso, la carestía de la vida, y la alcaldía de San Salvador, en manos del FMLN, han sido los asuntos más debatidos en campaña.
Diez partidos políticos compiten en las elecciones legislativas y municipales de un país con el 80% de sus habitantes en la pobreza, gobernado por presidentes de Arena desde 1989. Podrán votar 3.200.000 salvadoreños. Un sondeo de la Universidad Centroamericana (UCA) concede un virtual empate entre los dos principales contendientes, un 21,8% para Arena y un 21,6% para el FMLN, convertido en partido político hace ocho años. Las proyecciones, según la Universidad Tecnológica, son del 30,3% contra el 31,5%. La firma costarricense Borge y Asociados, atribuye a la primera formación el 37,2% y a la segunda, el 32,4%. Hector Silva, un ginecólogo de 53 años nacido en Boston, busca retener la alcaldía de San Salvador para los ex guerrilleros, y el empresario Luis Cardenal, de 45 años, nacido en Nicaragua, la pretende para Arena.La gestión del Gobierno del conservador Francisco Flores, investido el 1 de julio de 1999, no fomentó las aspiraciones electorales de la alianza que lo sustenta. El vicerrector de la UCA, el jesuita Rodolfo Cardenal, anticipa "un voto de castigo, de desengaño, de imposiblidad, de frustración". Las irredentas penalidades de los más pobres, la huelga de casi cuatro meses del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS), que afecta a 600.000 personas, y el estilo de Flores, percibido como escasamente conciliador por diversos sectores sociales, son factores que inciden en la progresiva pérdida de votos del oficialismo. "El fantasma de la privatización de la sanidad", agrega Cardenal, el temor de los salvadoreños en precario a tener que pagar el servicio médico, contribuyeron fundamentalmente al declive oficialista.
Arena, según las previsiones, sufre una sostenida pérdida de apoyos desde las presidenciales de 1999, en que obtuvo el 51,9% de los votos frente al 29% del FMLN. En las elecciones de 1997, con una abstención del 60%, la derecha ganó 28 escaños en el Congreso, y 160 alcaldía. La izquierda, el FMLN, 27 alcaldía y 48 diputados. El presidente Flores lamentó la cadena de manifestaciones contra su mandato, las trabas a su agenda de transformaciones estructurales. "La huelga médica no ha sido un acontecimiento aislado. En los últimos nueve meses hemos sufrido 20 huelgas y paros laborales". "Con mucho esfuerzo", agregó Flores, debió dedicarse "a neutralizar" iniciativas de ley de la oposición "con claras intenciones de desestabilizar el país y la economía". Se refería al intento de aumentar los salarios de los funcionarios y empleados de la Corte Suprema de Justicia y a la reclamación de que sean abonados los descuentos a maestros durante los días no trabajados. El FMLN considera dañinas las privatizaciones, y ha anunciado su intención de revisar las acometidas en los fondos de pensiones públicas, telecomunicaciones y energía.
No sorprende, por otra parte, que la delincuencia sea una preocupación ciudadana de primer orden. Según datos de organismos no gubernamentales, diariamente se cometen 500 asaltos a mano a armada y mueren 21 personas violentamente. Entre 1994 y 1998, se registró un promedio anual de 7.746 muertos a balazos o por arma blanca, según la Fundación de Estudios para la Aplicación del Derecho (Fespad). Previamente, en 12 años de sucia guerra civil, perdieron la vida 75.000 salvadoreños.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.