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Los afectados por el 'síndrome Ardystil' protestan en Alcoy por el retraso que sufre la investigación judicial

El síndrome Ardystil ha sobrepasado su octavo aniversario y los afectados reflexionaron ayer sobre la falta de respuestas judiciales. Algo más de 120 personas se concentraron frente al Palacio de Justicia de Alcoy para reivindicar el resultado de las investigaciones del agente causal de la enfermedad y pedir mayor agilidad judicial del caso, pendiente de juicio. Los denunciantes esperan sentar en el banquillo a unos 30 imputados, entre ellos los propietarios de aerografías en los que se desarrolló la enfermedad, un inspector de Trabajo y los representantes de tres multinacionales químicas.A pesar de la advertencia de la junta electoral para que no se llevase a cabo este acto en la jornada de reflexión de ayer y la no autorización de la concentración por parte del Cuerpo Nacional de Policía, los afectados acudieron a la cita que sí autorizó hace una semana la subdelegación del Gobierno en Alicante.

Los concentrados acudieron ataviados con mascarillas, las que se echaron en falta en Ardystil y hubieran prevenido la enfermedad y las muertes. También mostraron pancartas con las leyendas Per la dignitat dels treballadors y Treball sumergit i productes tòxics: envenenament, ó 8 anys d'enigma...

Amparo Pascual, portavoz de la Comisión de Afectados por el Síndrome Ardystil, expresó la "impotencia" que sienten ante la falta de comunicación oficial de las conclusiones del estudio sobre el agente causal iniciado en 1993 por el Instituto Nacional de Salud y Seguridad Ocupacional (NIOSH) de Estados Unidos, por la "poca claridad y complejidad" de la investigación de productos tóxicos por parte del Instituto Nacional de Toxicología y la ausencia del estudio epidemiológico encargado al hospital La Fe de Valencia. Este último "habría sido de gran valor ante la aparición de diversas enfermedades en varios hijos de afectadas, uno de los cuales nació hace tres años con espina bífida", subrayó Pascual.

También quedó constancia de la tristeza que sufren madres como la de Yovana y Soralla González, segunda y tercera víctima del síndrome. Consuelo Raigal, madre de las dos chicas que fallecieron a los 18 y 20 años, no pudo evitar romper a llorar al pedir justicia por la pérdida de sus hijas. Por todos ellos se guardó un minuto de silencio. El acto se desarrolló sin incidentes durante algo más de media hora y contó con la presencia de políticos locales de todos los bandos que refrendaron sus promesas de ayuda al colectivo de afectados.

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