El nuevo BBVA-Bancomer renuncia a comprar el tercer banco de México para no "indigestarse"

La integración del BBVA-Probursa y del Grupo Financiero Bancomer, que se han constituido en la mayor institución financiera de México bautizada con el nombre de BBVA-Bancomer, permitirá al banco español penetrar en el mercado de Estados Unidos gracias a la red de sucursales, infraestructuras y negocios de su socio mexicano. La nueva entidad renuncia a comprar Serfin, el tercer banco de México, para no "indigestarse". La agencia de calificación de riesgos estadounidense Moody's mantuvo ayer la valoración de las dos entidades fusionadas.

El nuevo grupo retiró ayer sus intenciones de pujar en la subasta por Serfin, tercer banco nacional, que fue adquirido por el Gobierno La razón es no poder afrontar sus multimillonarias deudas. "No queremos indigestarnos", dijeron los portavoces del nuevo consorcio. Los presidentes de los consejos de administración del BBVA-Probursa, José Madariaga, y del Grupo Financiero Bancomer, Ricardo Guajardo, y el español Vitalino Nafria, que dirigirá el nuevo grupo y pasa a ser el hombre fuerte de la banca mexicana, comparecieron ayer en conferencia de prensa conjunta para explicar los pormenores de una operación cuyas negociaciones se llevaron a cabo "muy rápidamente en cuestión de tres o cuatro semanas".Fuentes del grupo comentaron a este periódico que "les hemos pillado descolocados". Se referían al Santander mexicano y a Banamex, primer banco hasta el nacimiento de una integración que se transformará en fusión antes de que concluya el segundo trimestre de este año. Probablemente los cántabros pujarán por Serfin pero aunque lo compraran no llegarían a la envergadura del grupo que ha trastocado sustancialmente la correlación de fuerzas en el sector.

"Tenemos el convencimiento de que la operación será muy positiva para los accionistas, ya que la aportación de nuevos recursos, la tecnología y la gestión del BBVA, aunados al aprovechamiento de las capacidades conjuntas permitirán una mayor generación del valor por acción", dijo Ricardo Guajardo. Los pasos dados por las autoridades financieras y reguladoras mexicanas a partir de 1995, año en que una crisis brutal casi lleva al sistema a la bancarrota, han permitido la consolidación del sector todavía necesitado de reestructuraciones y cuyo talón de Aquiles es la debilidad del crédito.

El jueves quedó concluida la integración de las dos entidades y el nuevo grupo dispondrá de cerca de 2.000 oficinas, activos por más de 34.000 millones de dólares (5,7 billones de pesetas) y 24.000 millones de dólares en cartera de crédito. La operación incluye aportaciones de capital por 1.200 millones de dólares. Los accionistas del BBVA-Probursa harán un aumento de capital de 600 millones de dólares y adicionalmente el BBVA suscribirá una emisión de obligaciones subordinadas forzosamente convertibles en capital del nuevo grupo por 600 millones de dólares más. La participación del BBVA será aproximadamente del 30% dependiendo de los precios de conversión. El objetivo es conseguir al menos el 40% del consorcio.

La entidad con más de cinco millones de clientes explotará la banca y el comercio electrónicos y las acciones del banco resultante cotizarán por separado en la Bolsa mexicana de valores pero más adelante constituirán un paquete único que cotizará en Madrid, Nueva York y México. El grupo nace con recursos suficientes para el 100% de la cartera vencida de los pagarés firmados en la crisis que obligó hace cinco años a un desembolso oficial de 65.000 millones de dólares.