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Tribuna:Elecciones 2000
Tribuna
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Apaga y vámonos

Miquel Alberola

El PP ha tratado de llegar intacto al final de la campaña. Incluso tuvo que hacerle el vacío a Juan Villalonga el jueves en Valencia, donde disertó sobre burbujas, a diferencia de otras veces en que Eduardo Zaplana y Carlos Fabra lo pasearon y jalearon como si fuese el propio general Marshall. "Ni se os ocurra", decía la consigna. Y funcionó. Es el tendón de Aznar, un punto suelto en el tejido popular, cuya carrera es susceptible de deshilachar la fibra. Los socialistas no han cesado de recordárselo.Pero el gran asunto del PP ha sido taparse los oídos mientras el Consell hacía la campaña y dejar que la brisa del Banco de España hinchase la vela de su navío. Y sobre todo, mantener un equilibrio interior entre lo que representa un José Cholbi interesado por el movimiento de las animadoras del mitin de Aznar, a ritmo del Sex bomb de Tom Jones, y un Juan Cotino de espaldas a esa impúdica coreografía. El resto ha consistido en dar cancha a quienes han estado haciendo sopa con el voto cabreado del PSOE, y hacer surf sobre la cresta de la inercia de unas generaciones, que fueron jóvenes y revolucionarias durante la transición, aunque de acuerdo con la autopsia del CIS la revolución la han hecho luego votando a la derecha. Ahora sólo tienen que esperar que la torta salga del horno.

Quizá por eso algunos socialistas de Valencia se encerraron anoche en una discoteca para infundirse el ánimo que necesitan bajo la metáfora de "la primavera socialista" y evadirse durante unas horas de lo que les viene encima en caso de que no sean capaces, como mínimo, de salvar la camisa tras el vendaval del domingo. Que es, por otra parte, lo que esperan y desean otros socialistas -muchos de ellos incluso desde el más allá-, quienes no han parado de afilar las navajas y hacer acopio de munición para encender una mascletà que el PP ansía ver desde la eternidad de los balcones de las instituciones.

Ante la discreción de una Esquerra Unida que acurruca el cuello ante el golpe, Unión Valenciana también tiró los últimos petardos para despertar a lo que queda de su desperdigada tropa. Ayer dio carta blanca a los jóvenes para que hicieran una póstuma incursión en forma de anuncio en los periódicos y pusieran a caer de un burro a un PP que auspició otro anuncio de la viuda de González Lizondo tocando a rebato. Algo simétrico persiguió el Bloc para ahuyentar al derrotismo con una publicidad a busto descubierto de su candidato, quien tras empezar la campaña diciendo que le daría el voto a Joaquín Almunia a cambio de una cerveza, la termina con una leyenda que cierra el círculo: "¿Quién te defenderá más y mejor, Ciprià Ciscar o Joan F. Mira?". Para haberse matado.

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Sobre la firma

Miquel Alberola
Forma parte de la redacción de EL PAÍS desde 1995, en la que, entre otros cometidos, ha sido corresponsal en el Congreso de los Diputados, el Senado y la Casa del Rey en los años de congestión institucional y moción de censura. Fue delegado del periódico en la Comunidad Valenciana y, antes, subdirector del semanario El Temps.

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