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Un nuevo temporal impide el reparto de la ayuda en Mozambique

Un nuevo temporal de tormentas azotó ayer el centro y sur de Mozambique, lo que impidió la distribución de la ayuda de emergencia y disparó la alerta sobre el control de las aguas, especialmente de los embalses surafricanos que provocaron la fatal avalancha hace casi dos semanas. Miles de personas continúan aisladas y muchas de ellas están comiendo animales ahogados y bebiendo agua estancada ante la falta de alimentos.

El portavoz del Instituto Nacional para la Gestión de las Calamidades (INGC), Antonio Macheve, confirmó ayer a este periódico que el nuevo temporal, que permanecerá en el sur de Mozambique hasta el próximo día 12, impidió, por falta de visibilidad, la salida de la mayoría de los helicópteros que trasladan ayuda a los damnificados y provocó nuevos cortes en algunas carreteras que ya habían sido rehabilitadas.Actualmente, unas 400.000 personas se encuentran refugiadas en 87 campos de acogida y miles de damnificados aún permanecen aislados sin agua potable ni alimentos desde el inicio de las inundaciones. El sacerdote francés Jean-Pierre Lescour afirmó ayer que cerca de 26.000 personas continúan sin ayuda en Mabalane, en el valle del río Limpopo, y trataban de dirigirse hacia el sur en busca de comida. Las autoridades del INGC no tenían datos sobre este caso. Una situación similar ocurre en otras poblaciones de la ribera norte del Limpopo y en muchas áreas de las orillas del río Savel, sin ayuda desde los primero días de la tragedia. Muchas de estas personas están comiendo animales muertos, arroz rescatado de aguas contaminadas y pestilentes, y bebiendo agua estancada. Muchos han muerto por quedarse junto a sus escasas pertenencias (unas cabras, alguna vaca o sus minúsculas cosechas) y ahora se arriesgan a contraer el cólera o cualquier otra enfermedad antes que morir de hambre.

El temporal de lluvias provocó también algunas inundaciones en el centro y la periferia de Maputo y destrozó alguna de las carreteras que ya habían sido reconstruidas mínimamente tras la avalancha. Sólo en la capital se han detectado ya más de 70 casos de cólera, mientras las autoridades se niegan a hablar de una epidemia.

Por otro lado, Macheve explicó que las lluvias de ayer no han provocado hasta ahora "consecuencias dramáticas". "Pero estamos advirtiendo a la población de que no regresen a las zonas de origen hasta que se estabilice la situación. Los embalses mantienen unos niveles no preocupantes, pero ya sabemos que otra gran depresión puede provocar otra avalancha de un día para otro", añadió.

El ministro de Asuntos Exteriores, Leonardo Simao, ha reconocido que la fatal crecida de las aguas se produjo por la apertura de compuertas de las presas de los países vecinos, especialmente las surafricanas, que se encontraban a punto del desbordamiento tras las intensas lluvias recibidas en la región, como ya adelantó este periódico.

La primera crecida de aguas tuvo lugar el pasado día 25 y el nivel fue subiendo hasta el día 28. La jefa del departamento de la Administración de Aguas del Sur, la ingeniera Olinda Sousa, explicó ayer que el embalse de Massingir, que va a dar al río Limpopo, y con 1.433 millones de metros cúbicos de capacidad, subió cerca de cuatro metros de nivel el día 25. Al día siguiente creció otros seis metros y la noche del 27 se desbordó, provocando todo ese torrente procedente de Suráfrica y las lluvias de la región.

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