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LA EXPANSIÓN DE LA BANCA ESPAÑOLA

El "dinosaurio" en la red

Él cumple años; ello, siglos. Él ha cumplido los 26. Ello, casi los 150. Él se llama Wenceslao Casares. Ello se llama BSCH (Santander, fundado en 1857, más Central Hispano, fundado en 1901). Casares, Wences para todos, hace apenas dos años que creó una web. Ayer, el BSCH, el "dinosaurio", como dijo Casares, compró el 75% de ella por 92.000 millones de pesetas. Es decir, un capítulo más, vulgar y corriente, en la vida cotidiana y trepidante de Internet, donde el músculo lo pone el joven, y la grasa, el viejo.El argentino Wences era un estudiante de la Universidad de San Andrés. Con 19 años y la ayuda de su amigo Constancio Larguía hizo su primer escarceo por la red.

Montaron en 1994 un proveedor de acceso a Internet. Como prueba fue bien, pero los dos amigos y socios pronto pensaron en algo grande, en algo para forrarse antes de llegar a los 30. Era el momento. Sólo había que copiar lo que en Estados Unidos triunfaba. Algo que no estuviera pendiente del tráfico, de las visitas y de los ingresos por publicidad: un portal financiero.

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En 1997, Wenceslao Casares y Constancio Larguía se gastaron sus ahorrillos (cinco millones de pesetas) en un sueño común: un sitio de Internet donde la gente pudiera comprar y vender acciones. Pero Wences no quería sólo un sitio bursátil, quería ser un banco. Los jóvenes golpearon durante un año las puertas de una veintena de inversores. El primero que apostó por ellos no fue un banco, sino una persona (siempre tan vulgar como el mismo Internet). El financiero de origen húngaro Zsolt Agárdy se transformó en el ángel inversor. Era julio de 1998.

Con el primer dinero, Patagon compró en Argentina la sociedad de Bolsa InvestCapital. Así, quienes abrían cuentas con la sociedad de Bolsa podían efectuar transacciones bursátiles a través de Patagon.com. La operación se repitió en cada país donde se establecían: Chile, Venezuela, México y Brasil.

Pero Patagon necesitaba más dinero. A principios de 1999, Wences comenzó otra vez a llamar a las puertas de los inversores. Ya fue más fácil. Consiguió ocho millones de dólares, que se le acabaron en diciembre. El éxito sólo significaba más necesidades de financiación. Antes de Navidad, los venture capitalist como JP Morgan, Chase Capital o Flatiron le dieron 53 millones, pero se quedaron con el 75% de Patagon. Hicieron un negocio redondo. Tres meses después, ayer, el BSCH les ha pagado 10 veces lo que invirtieron.

Wences y sus 164 empleados mantienen el 25% de la sociedad. Según la valoración del BSCH, aquellos cinco millones invertidos en 1997 le suponen a Wences hoy el 25% de la sociedad, o sea, 30.000 millones de pesetas. Y como en la vulgar vida de un internauta, por rico que sea, el creador, Wences, seguirá trabajando día y noche al mando de Patagon, despreciando el retiro dorado y con la mirada de un visionario dispuesto a ser un nuevo Colón, un nuevo conquistador del Oeste, un pionero de Internet. Todo muy vulgar en la vida del internauta.

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