La guerra del Norte
El tema vasco no tiene buena acogida en las redacciones. Porque se dice que aburre a las ovejas, o que irrita a todo el mundo o que de lo que se trata es de contar cosas que cambien en algo, a mejor si es posible, lo del día anterior. Y lo que viene de Euskadi siempre es lo mismo. O peor. Los políticos no tienen por qué tener esos pruritos. Pero deberían de tener otros en esta delicada materia. Sin embargo, el conflicto vasco ha estallado en la campaña electoral. Que si por algo se había distinguido era porque las descalificaciones no habían alcanzado el índice de degradación al que había llegado la precedente.Cierto es que el lunes hubo un atentado de ETA. Y que ayer la organización terrorista emitió un comunicado. Pero el follón venía desde que en Valencia, y en el minuto ese que sale en los telediarios, Aznar proclamara: "Algunos (los del PSOE) no son capaces de decir a los que que cambian de sitio (los del PNV), que están equivocados". Las televisiones afines al PP lo resaltaron. Volvieron a darlo el día siguiente. En la misma línea estuvieron los diarios de esa onda. Abc infló el asunto y tituló: "Aznar denuncia el doble juego del PSOE, al que acusa de hablar debajo de la mesa con EH". Y dedicó una página a esas conversaciones que en Tele 5 el socialista Jáuregui reconocía que habían existido al principio de la tregua, pero que su compañero de partido Belloch negaba: "Al menos a mí no se me ha informado", declaraba en varios diarios.
Antena 3 decía más: que había habido contactos entre el PSOE y EH "incluso después de la muerte de Fernando Buesa". Luego destacaba, como si fuera lo más importante del comunicado de ETA, que la organización terrorista había dicho que eran suyas las furgonetas con explosivo interceptadas por la Guardia Civil. ¿Pues de quién iban a ser?
La contribución de El Mundo al fregado era una entrevista con Jaime Mayor Oreja. Su título era: "Hay un reparto de papeles entre el PNV y ETA". Pero el texto decía: "Vamos a un reparto de papeles" (entre el PNV y ETA). Es un matiz. Quien no tuvo a bien matizar nada fue Aznar en su entrevista de ayer en Onda Cero: por cierto, así concluía la ronda de sus entrevistas con las radios. De la que ha sido excluida la cadena SER, la que tiene más audiencia. Y se la habían pedido. "El PSOE tiene que saber exactamente lo que quiere hacer en el País Vasco", le dijo Aznar a Luis del Olmo. "Se sabe absolutamente que ha habido conversaciones entre dirigentes del PSOE y dirigentes de HB después del asesinato del teniente coronel Blanco y de Fernando Buesa". ¿Quién lo sabe? ¿Los servicios de información? ¿Puede un Gobierno utilizar su trabajo para hacer política de partido? ¿O es que se trata de un delito? Pues, al juzgado. José Bono no se anduvo ayer con miramientos: "Ir al comercio de la sangre rebaja a Aznar. Anoche debió de haber sentido vergüenza por haber perdido su dignidad", dijo en Tele 5. Ahí tenía que ser. Bueno, está también CNN +, que está haciendo un buen trabajo informativo en esta campaña. En las demás, el llamamiento al consenso que hizo Almunia en el tema vasco pasó inadvertido. Les va más la otra caña. ¿Qué van a hacer después de las elecciones?
Y tres notitas finales en pro de la serenidad. ¿O no? Veamos. El director de la Biblioteca Nacional declaró ayer a Diario 16 que García Lorca habría votado al PP. El Mundo incluyó una página de publicidad de Mario Conde. Puestísimo y con cara de responsable. Y La Razón dedicó su primera a Ana Botella. A ella iba también dedicado el billete de Luis María Anson. A más de uno le pareció rijoso.
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