Joselito y José Tomás confirman que no torearán corridas televisadas esta temporada El apoderado, Martín Arranz, revela que pactó con El Juli presionar a las empresas
Todo ocurrió ayer sin solución de continuidad. Mediodía en el hotel Victoria, de Madrid. Vía Digital anuncia el arranque de su particular y muy televisada temporada taurina. Unos minutos después, en un salón contiguo del mismo hotel, los diestros Joselito y José Tomás, acompañados por su apoderado común, Enrique Martín Arranz, confirman que durante esta temporada no participarán en un solo festejo con la televisión como testigo. A las dos y media de la tarde cobraba de esta manera efecto una nueva y peculiar guerra por culpa de la televisión.
Enrique Martín Arranz empezaba ayer su intervención ante los medios de comunicación "obligado por las circunstancias", en sus propias palabras. Se trataba, y así lo repitió en todos los tonos de voz posibles (también gritando), de dejar claro que ni él "ni los toreros tienen nada en contra de ser televisados". El representante de los dos diestros afirmó en la conferencia de prensa: "Lo que no vemos digno es que las empresas, de espaldas a la decisión de los matadores, negocien con las cadenas de televisión". De acuerdo con el relato que el propio Enrique Martín Arranz ofreció sobre los hechos que han motivado esta situación, todo se remonta al pasado día 24 de diciembre. Entonces, Martín Arranz y el padre de El Juli se comprometieron a actuar en conjunto negándose a torear allí donde la negociación de los contratos no llevase aparejada la de los derechos de imagen.
"El torero debe decidir si quiere o no ser televisado", insistió Martín Arranz. Posteriormente, señaló: "El Juli se bajó en marcha y nos quedamos solos". ¿Se sintió traicionado?, fue la pregunta. "Cada uno es muy libre y no digo más", sentenció Arranz.
La exposición de Martín Arranz se fundamentó sobre dos cuestiones. Primero: "Todo esto no es por dinero. Es más, cada torero puede perder hasta 200 millones por no torear". Y segundo: "Lo decidido es por el bien de la fiesta y la dignidad de mis representados; es imposible sorprender a la afición y no resultar monótono cuando 30 de tus festejos se pueden ver en la pantalla".
La conclusión no se hizo esperar: "La televisión, sí; pero con orden. Aunque, y de momento, este año no se torea en ningún sitio, las ferias más importantes incluidas, si la televisión está de por medio. No queremos que haya agravios comparativos".
Queda descartado, por tanto, desde San Isidro ("no torearemos fuera del abono", según le había propuesto la empresa de Las Ventas), a corridas tradicionales como la de Beneficencia, pasando por la inminente Feria de Abril. En castiza figura de Arranz: "Si los toreros se pasan los toros tan cerca, no van a ser otros los que a su vez les toreen a ellos".
Por su parte, Joselito, el único de los diestros que tomó ayer la palabra, llamó la atención sobre lo sucedido el año pasado. Entonces, la Nueva Agrupación de Matadores y Rejoneadores (NAMR) amenazó con una huelga si no se solucionaba el asunto del cobro por los derechos de imagen. "Ya se sabe. Una cosa es lo que se dice y otra, por culpa de presiones, lo que se hace. Todos vimos como Luis Francisco Esplá terminó pagando", comentó el torero madrileño. Joselito hacía referencia al boicoteo padecido por el diestro por significarse especialmente en el anuncio del paro.
Daban las tres de la tarde y el rumor de un salón caldeado por el tono de algunas intervenciones (del apoderado Enrique Martín Arranz, fundamentalmente) dejaba sitio a un último eslogan proclamado a gritos (por Martín Arranz, de nuevo): "No estamos en contra de la televisión. Sí lo estamos de la forma de hacer las cosas".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.