El último montaje de Maskarada actualiza la metáfora de Ícaro
El mito del Laberinto de Creta e Ícaro, quien en su huida se acercó tanto al Sol que sus alas, de cera y plumas, se fundieron y cayó al vacío, tiene perfecta traslación al tiempo actual. Así lo entiende, al menos, la compañía teatral Maskarada, que ha encontrado en él la excusa adecuada para construir un nuevo montaje, Ikaro, que estrena el próximo viernes en el Serantes Kultur Aretoa."Ikaro es una metáfora. Ese personaje lo identificamos con cierta imagen de adolescencia; hacemos una lectura pensando en un joven actual, nos metemos en su laberinto personal y vamos a descubrir de qué está hecho. Para nosotros, el laberinto es la metáfora de este comienzo de siglo: vivimos prácticamente como marionetas y desarrollamos nuestra vida diaria dentro del laberinto que constituye el sobrebombardeo de las imágenes del cine, de la televisión", explica Carlos Panera, director de Maskarada.
Ese planteamiento permite dar a la imagen un papel relevante en "un espectáculo multidisciplinar en el que confluyen la danza contemporánea, la música en directo, la actuación teatral y las proyecciones de vídeo en una misma fórmula".
De esta manera, se materializa el paso adelante de una compañía que, desde que fuese creada en 1980 ha abordado musicales, teatro infantil, adaptaciones literarias, teatro documental, comedia de enredo, monólogos, teatro de calle y producciones para televisión.
Tres versiones
"Este trabajo es netamente experimental. Los que hayan visto a Maskarada anteriormente se sorprenderán de ver una obra en esta línea. Se quiere acercar a una idea de vanguardia teatral, es decir, está más cerca de la performance que del teatro convencional. En ese sentido, hemos querido poner en juego el movimiento como lenguaje, hacer un ejercicio de investigación, lo cual no quiere decir, en absoluto, que vayamos a seguir en esa línea. Es un trabajo puramente puntual", matiza el director acerca de una obra en la que, pese a conjugarse diversas artes, prevalece el llamado "teatro físico, un teatro que está más cercano al lenguaje de la expresión corporal".
La "versión original" de Ikaro, la que cuenta con textos en castellano y canciones de Juan Carlos Pérez en euskera, podrá contemplarse el próximo viernes en Santurtzi, pero más adelante se pondrá en escena otra versión íntegramente en euskera. Ésta se podrá ver próximamente en Azpeitia (18 de marzo) y en San Sebastián (29 y 30 de marzo; Teatro Victoria Eugenia), aunque aún quedará pendiente la interpretación de "una versión en pequeño formato con más textos poéticos".
No en vano, Carlos Panera reconoce que "el origen de la obra era realizar un recorrido por la poesía del siglo XX". En ese contexto encuentran cabida versos de Jean Cocteau, Bertolt Brecht, Constantin Kavafis, Fernando Pessoa y Joseba Sarrionaindia.
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