_
_
_
_
_
FLOR TORRIJOS DE ORODIRECTIVA COOPERATIVISTA

"Sólo una de cada cuatro cooperativas es regida por mujeres"

La profesión de Flor Torrijos de Oro, madrileña de 38 años, tiene mucho que ver con su nombre, ya que esta ingeniera técnica agrícola es miembro de una cooperativa madrileña de trabajo asociado dedicada a la jardinería. Como gerente de esta entidad, forma parte de ese escaso 25% de directivos de cooperativas de la región que son mujeres. Para aumentar la presencia femenina en los cargos de gestión se creó en 1990 la Asociación de Mujeres Empresarias de Cooperativas (Amecoop), de la que Torrijos es secretaria. De las cerca de un millar de cooperativas que existen en Madrid, un 30% está formado sólo por hombres; un 20%, sólo por mujeres, y el resto son mixtas.Pregunta. Cabría esperar que en un sector donde las diferencias salariales son menores también la gestión fuera más igualitaria.

Respuesta. Sí, pero no sucede así , ya que sólo el 25% de los puestos directivos de las cooperativas están ocupados por mujeres. Me refiero a que nuestra presencia es menor tanto en los cargos de gestión como en los consejos rectores elegidos por las asambleas de socios.

P. ¿A qué se debe esa baja presencia femenina?

R. Sobre todo a la doble jornada que tiene la mujer, como ama de casa y madre y como cooperativista.

P. ¿Qué hacen ustedes para remediarlo?

R. En primer lugar, trabajar junto a las asociaciones de mujeres que defienden una sociedad más igualitaria. Y después, ya en nuestro campo, acudimos a las cooperativas a dar pequeñas charlas para potenciar una mayor presencia de la mujer en sus directivas. Hemos editado una guía práctica para la coeducación en las cooperativas que ayuda a hacer posible ese cambio.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

P. ¿Puede existir un cierto miedo en la mujer a desempeñar puestos de responsabilidad?

R. La educación pesa, pero yo creo que la mujer que entra en una cooperativa ya está dispuesta al trabajo participativo. A mí me parece que lo que más frena es pensar que, además de las responsabilidades del trabajo, luego no se va a tener mucha colaboración en las de casa. No todas las mujeres tienen parejas que colaboran con ellas.

P. Tampoco todo el mundo está dispuesto a embarcarse en una cooperativa.

R. No, claro, supone un cierto riesgo y a menudo se prefiere preparar una oposición, que garantiza una mayor estabilidad laboral. Muchas cooperativas nacen de la necesidad a partir de personas en paro que optan por el autoempleo, pero también existe a menudo un fuerte componente ideológico. En una cooperativa lo que sucede habitualmente es que la diferencia de sueldos sea de uno a tres, mientras que en las empresas privadas esa distancia se alarga mucho más.

P. ¿Pueden sobrevivir las cooperativas en un mercado cada vez más duro?

R. Sí. Como también sobreviven las empresas familiares.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_