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ALAN PARSONS - MÚSICO

"Soy mi propia máquina del tiempo"

El último disco de Alan Parsons, The time machine, toma su título de la novela homónima de H. G. Wells. Una idea, o un recurso, que este músico británico ya había utilizado en su primer álbum, Tales of mistery and imagination (1976), que desarrolló basándose en la obra de Edgar Allan Poe. "Si tienes un trabajo literario como punto de partida resulta más fácil empezar a componer. Pero mientras el primer álbum se ceñía bastante a los textos de Poe, The time machine tiene un desarrollo más libre. Aunque sí que fue una gran influencia, si Wells no hubiera escrito esa obra yo no habría escrito la mía y tampoco se habrían hecho muchas películas estimuladas por esa fantasía. Viajar en el tiempo es algo que ha hecho soñar a mucha gente".De tener la oportunidad de viajar a algún momento de la historia de la música, Alan Parsons duda entre dos. "El rock tiene sólo unos cincuenta años y he podido vivir buena parte de ella, por lo que supongo que me interesaría más ir al futuro. Un siglo adelante. Pero también me atrae la era dorada de la música sinfónica. Me hubiera encantado conocer a Beethoven y Mozart", reflexiona.

Parsons empezó su carrera muy joven, a los 19 años, como técnico de sonido en los famosos estudios de Abbey Road, al lado de George Martin y con los discos de los Beatles Abbey Road y Let it be. Los recientes avances tecnológicos tienen, para él, ventajas y desventajas para los músicos. "Es muy fácil hacer discos con la tecnología actual. Cualquiera puede hacerlo solo en su dormitorio con un ordenador. Y no creo que eso sea demasiado bueno para la música. Siempre habrá sitio para el talento y los instrumentistas, pero aun habiéndolos, cada vez es más difícil que se reúnan a tocar. La tecnología no lo hace necesario, pero es una experiencia importante. El proceso de grabación consiste en una serie de individuos haciendo sus contribuciones musicales individualmente".

"Me resulta algo frustrante que se haga música de forma tan sencilla, como lo puede hacer un chico en su dormitorio. Yo tenía que esperar semanas para acceder al estudio. Siento un poco de envidia", reconoce. "Y además, como productor, se ha convertido en un tormento. Ahora recibo más del doble de maquetas de las que recibía hae unos años. Todo el mundo se siente músico y yo ya no doy abasto".

Parsons lo sabe bien porque fue ejecutivo de EMI durante casi un año, pero luego lo dejó para reemprender su carrera como músico. "Es importante saber que acepté ser ejecutivo en EMI porque empecé mi carrera con ellos, en Abbey Road. Fue una gran decepción porque pensé que sería un trabajo creativo donde podría trabajar directamente con los músicos, pero terminé haciendo un tedioso trabajo de escritorio y de negociaciones para mantener las ventas en los máximos lugares", afirma.

Este músico veterano piensa que la futura evolución de la distribución de la música por Internet será crucial para las nuevas generaciones, pero no para los de la suya. "No creo que mis contemporáneos sean capaces de ponerse ante un ordenador y esperar que se descargue una canción. A nosotros nos gustan más los discos físicos, tocarlos, leer los libretos y coleccionarlos, como he hecho toda mi vida", dice.

Alan Parsons cree que con la música que hace ahora es capaz de llegar también a los más jóvenes. "Me alegra que Carlos Santana haya logrado tantos premios en los Grammy", afirma. "Me encantaría poder lograr lo mismo. Pero creo que estamos llegando a las nuevas generaciones a través de los conciertos en directo, a los que pueden asistir familias enteras. No me gustaría que me consideraran un artista de los setenta, sino uno que continúa teniendo cosas que ofrecer. Hay gente que dice que mi música no es fácil de clasificar en una época determinada. El título de The Time machine habla de inquietudes que se mantienen actuales. Soy mi propia máquina del tiempo".

Alan Parsons presentará su nuevo trabajo en directo mañana en Pamplona (teatro Gayarre); el miércoles en Barcelona (teatro Alianza del Pueblo Nuevo); el jueves en Madrid (La Riviera); el viernes en Jaén (auditorio de la Alameda), y el sábado en Murcia (auditorio).

El espectáculo que trae a España no tiene un gran montaje. "Nada de fuegos artificiales ni grandes estadios. Es un espectáculo poco teatral, una banda que toca y que lo hace con placer. El público suele pedirnos algunos de los viejos temas y no tenemos problema en hacerlo".

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