La A-8 y la A-68 ingresaron 36.000 millones por peajes el último año, un 9,5% más que en 1998

Las dos autopistas de pago que recorren Euskadi ingresaron el año pasado más de 18.000 millones de pesetas cada una en concepto de peajes, lo que supone un aumento conjunto de un 9,5% respecto a lo que recaudaron en 1998. La Autopista Vasco Aragonesa (A-68), que discurre entre Bilbao y Zaragoza, ingresó 18.326 millones (un 10,6% más), mientras que la Bilbao-Behobia (A-8) llegó hasta los 18.046 millones (un 8,4% más). El acuerdo de prorrogar por otros quince años la concesión de la A-68 ha desatado un conflicto político y de intereses entre Madrid y Vitoria.

Los recursos obtenidos por las dos autopistas a través de los peajes no han dejado de crecer desde comienzos de la década. El constante aumento del número de vehículos que circulan por la A-8 y la A-68, y la subida de las tarifas son los dos factores que explican el aumento. En 1997 la Autopista Vasco Aragonesa ingresó 14.666 millones. El año pasado la cifra se elevó a los 16.384. Mientras, la A-8 obtuvo en 1998 más de 16.500 millones frente a los 14.367 de 1997.Por la A-68 circularon durante el año pasado una media de casi 17.000 vehículos cada día, lo que supone un 6,8% más que en 1998. El recorrido total de la Autopista Vasco Aragonesa (cuya sede central está en Bilbao) es de 294 kilómetros. El tramo vasco (de Bilbao hasta Armiñón) se reduce a 77,7 kilómetros (una cuarta parte de la carretera), pero es el más utilizado de toda la A-68 con 8.050 vehículos, prácticamente la mitad de todo el que tiene la autopista, y el que le proporciona más ingresos atendiendo a su corto kilometraje y a su gran cantidad de tráfico.

La A-8 registró durante 1999 una intensidad media de tráfico de 22.903 vehículos cada día, un 6,97% más que el año anterior. La carretera que atraviesa Vizcaya y Guipúzcoa tiene una longitud de 105,6 kilómetros. Según un portavoz de la empresa Europistas, concesionaria de la explotación, la autopista tiene un marcado carácter de trabajo, al apreciarse una reducción en el número de vehículos durante el fin de semana. El porcentaje más alto de vehículos se contabiliza entre las seis y las ocho de la tarde. En cambio, en la A-68 la franja horaria más concurrida va desde las siete de la tarde a las diez de la noche. Tanto en un vial como en otro, los meses de máxima afluencia coinciden con los de verano.

El Consejo de Ministros aprobó en febrero una rebaja de un 7% en los precios de los peajes en siete autopistas de España, entre las que se encuentran la A-8 y la A-68. Además, en el caso de la A-68 dio el visto bueno a otra rebaja específica de un 32,5% a cambio de prorrogar la concesión a la empresa explotadora otros 15 años. El 11 de febrero entraron en vigor las nuevas tarifas en ambas autopistas.

Un portavoz de la A-8 puntualizó que en los dos últimos años los ingresos de la autopista han servido en su mayor parte para amortizar las inversiones realizadas en la carretera y para nutrir un fondo de reversión, que sirve para ir devolviendo poco a poco a los accionistas de la autopista parte del capital que han destinado a la misma. "En los últimos años de concesión es lo que se suele hacer para que cuando llegue el momento de devolver la explotación, los accionistas no se queden sin nada", precisa.

Autopistas en bolsa

Por su parte, el director de producción de la A-68, Juan Antonio Martínez, también matiza que a pesar de los importantes ingresos por peajes, la situación de la empresa es de equilibrio. "Las autopistas que están en bolsa arrojan un dividendo para el accionista no muy alto, pero sí constante. La prórroga en la concesión nos va a permitir disponer de más tiempo para amortizar los 155.000 millones de pesetas que tenemos aún pendientes y saldar la deuda de 56.000 millones. Una autopista no supone un gran negocio si se dedica sólo a peaje", zanja.

No es de la misma opinión el Gobierno vasco. Nada más tener conocimiento del acuerdo entre el Ejecutivo central y la Autopista Vasco Aragonesa calificó el pacto de "lesivo" porque es "abusivamente rentable" para una empresa privada. Ha advertido que impedirá por todos los medios la materialización del acuerdo y ha asegurado que adoptará medidas jurídicas y políticas para que este tipo de acuerdos sean negociados con las instituciones vascas.

Sobre estas críticas, el director de producción de la A-68 recuerda que "el usuario se está aprovechando en estos momentos de una rebaja muy importante. Como ciudadano me interesa más pagar poco desde ahora y no esperar hasta 2011 (año en el que concluía la concesión) a que me pongan unas tarifas muy bajas. Quiero tener baratos los peajes ya. La prórroga no ha sido una cuestión de un día para otro, hemos hablado durante cuatro o cinco años". Para reforzar su teoría, el responsable de Autopista Vasco Aragonesa resalta los resultados de un sondeo encargado por su empresa para conocer la opinión de los automovilistas tras el recorte del precio de los peajes: el 81% de los usuarios de la A-68 muestra su apoyo al descuento a cambio de prorrogar otros 15 años la gestión.

Según Martínez, la rebaja de tarifas ha sido posible a cambio de más años de concesión, pero de momento se va a producir una disminución en los ingresos porque "el tráfico no aumenta de la noche a la mañana porque se rebaje un porcentaje del peaje. Progresivamente irá en aumento porque recogeremos vehículos de todos los itinerarios alternativos".

Mientras, la concesión de Europistas para la explotación de la A-8 concluye en junio de 2003, momento en el que la gestión de la autopista revertirá sobre las diputaciones de Vizcaya y de Guipúzcoa. La transferencia de esta vía a Euskadi se materializó el 1 de enero. Las dos instituciones forales han confirmado que acometerán una reducción "muy importante" de los peajes cuando concluya la concesión de Europistas, pero descartan eliminar las tarifas porque, según argumentan, es necesario obtener ingresos para financiar los gastos de mantenimiento de la autopista, cifrados en 3.000 millones de pesetas.