Dios en la campaña
En la más poderosa democracia del planeta, Dios y la religión están tan presentes en la campaña electoral como en el Irán de los ayatolás. "Mi filósofo favorito es Jesucristo, y la Biblia, mi libro de cabecera", dice George Bush, metodista practicante. John McCain, baptista, replica asegurando que dos de los aliados políticos de Bush, el televangelista Pat Robertson y el reverendo Jerry Falwell, líderes de la muy derechista Coalición Cristiana, son "fuerzas diabólicas".¿Cosas de republicanos, que siempre son más conservadores? No. Hoy, domingo, el principal acto electoral de los demócratas Al Gore y Bill Bradley también será asistir por la mañana al servicio religioso de su correspondiente confesión, ferviente baptista el primero y evangelista practicante el segundo. Bien acompañados, por supuesto, de fotógrafos y cámaras de televisión.
Más que las reducciones de impuestos, el pago de la deuda nacional, la mejora de la educación o la generalización de la asistencia sanitaria, los ataques con temas religiosos de un candidato a otro son los grandes protagonistas de estas primarias.
Bush ha pedido perdón por asistir a un acto en la universidad fundamentalista protestante de Bob Jones, de Carolina del Sur, célebre por sus criterios anticatólicos. Y McCain insiste estos días en Nueva York en el supuesto "anticatolicismo" de Bush para intentar ganarse los votos de italianos e irlandeses.McCain también se ha retractado de sus críticas a los líderes de la Coalición Cristiana, un comentario que le ha hecho aún más impopular en el ala conservadora del Partido Republicano y que puede costarle la candidatura a la presidencia.
"Me pregunto con frecuencia qué es lo que haría Jesús ante determinada situación", suele decir en público Al Gore. De los cuatro grandes candidatos, el ex baloncestista Bradley es el único que se ha declarado opuesto a utilizar políticamente "asuntos de fe que pertenecen a la esfera privada". ¿Tiene eso algo que ver con el hecho de que, de los cuatro, sea el peor colocado?
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