Error incomprensible

Teniendo en cuenta el número de escaños de las circunscripciones andaluzas para las elecciones autonómicas, no es completamente imposible pero sí sumamente difícil que un partido alcance la mayoría absoluta. La última mayoría absoluta fue la de 1990 y entonces entre el PSOE y el PP había una diferencia de casi 20 puntos en toda España y de 25 en Andalucía. Con la recuperación del voto de la derecha que se ha producido en esta década es casi imposible que se pueda alcanzar la mayoría absoluta. Únicamente si las circunscripciones fueran más pequeñas y la "prima" para el partido ganador, como consecuencia de la aplicación de la fórmula D'Hondt, fuera mayor, podría alcanzarse dicha mayoría. Pero ese no es el caso. El número de escaños a cubrir en cada circunscripción es lo suficientemente alto como para que la fórmula electoral opere de manera bastante proporcional.Es inevitable, pues, ir pensando en que algún tipo de acuerdo será necesario para la formación de gobierno y en algún tipo de acuerdo que suponga no solamente apoyo parlamentario, sino integración en el Gobierno del partido dispuesto a llegar al acuerdo.

Antes de que se firmara el pacto entre el PSOE e IU en Madrid y antes de que el PA iniciara su operación de alejamiento del PSOE, todo apuntaba a una reedición del acuerdo entre el PSOE y el PA.

Ahora las cosas están menos claras. En el supuesto de que la coalición de izquierda ganara las elecciones generales y hubiera un gobierno de coalición en el Estado, es prácticamente seguro que también habría un gobierno de ese tipo en Andalucía. Pero en el caso de que así no sea, no resulta nada probable que se acabe formando un gobierno PSOE-IU en nuestra comunidad autónoma.

Me resulta incomprensible que IU no tomara en consideración esta circunstancia a la hora de cerrar el pacto general con el PSOE. Además de las elecciones generales, se celebraban las elecciones andaluzas. Y el beneficio que IU podía obtener en las segundas era seguro y muy alto. IU se podría haber asegurado ocho senadores y la entrada en el Gobierno de Andalucía simplemente acordando la retirada de sus candidaturas en catorce u ocho circunscripciones, que afectaban a 160.000 electores de los 2.600.000 que tuvo en 1996. La relación coste/beneficio era tan ventajosa que realmente no se entiende que no se llegara a ese acuerdo.

Si el 12-M no hay mayoría de izquierda en el conjunto del Estado, es más que probable que IU se dé cuenta del error cometido. Pero, entonces, será tarde.