3.000 sindicalistas piden que se vote a IU para detener la "regresión fiscal" del PP
Por ser "una fuerza transformadora que aspira a un modelo social diferente" y al mismo tiempo tiene "programas realizables", más de 3.000 sindicalistas han suscrito un manifiesto, presentado ayer en Madrid, que pide el voto para Izquierda Unida. Los firmantes afirman que "IU es garantía de un Gobierno de izquierdas" con el PSOE, y piden que acabe con la "regresión fiscal del PP, que castiga los bolsillos de los más desfavorecidos". El candidato de IU, Francisco Frutos, comparó su base con "la tropa de Cuevas [jefe de la patronal], que apoya al PP".
La presentación del manifiesto, a la que asistieron más de un centenar de sindicalistas, desembocó en la exaltación de la lucha obrera y de las virtudes del programa de IU. Además de Frutos, dos de los presentes levantaron grandes ovaciones: Marcelino Camacho, ex secretario general de Comisiones Obreras, cuyo "coraje" de viejo activista sindical fue alabado varias veces, y Fausto Bertinotti, líder del Partido de Refundación Comunista italiano.Con el manifiesto, que podrá firmarse hasta finales de la semana próxima, se pretende recabar el apoyo de más de 5.000 sindicalistas. Los hay de toda condición: afiliados, delegados de personal, miembros de comités de empresa, dirigentes territoriales, etc., que se pronuncian "desde posiciones ideológicas plurales". Frutos invitó a la presentación a los dirigentes de las grandes centrales sindicales. Ninguno asistió. Antonio Gutiérrez, secretario general de CCOO, sí acudió al acto matutino para impulsar el acuerdo PSOE-IU.
El título del texto -Izquierda Unida, una fuerza necesaria para una sociedad más justa. Sindicalistas con Izquierda Unida- anuncia el pensamiento de los firmantes, que consideran a la coalición "la opción honradamente comprometida con los intereses de los trabajadores, los jóvenes, las mujeres subempleadas y los inmigrantes" a España. Frutos recalcó ayer la necesidad de traducir ese apoyo en votos "de manera inmediata".
El manifiesto incluye ideas para una eventual acción de gobierno: mejoras en la cobertura del desempleo, una "dignificación" de las pensiones y una mayor capacidad legal de actuación de los sindicatos "para evitar más accidentes de trabajo".
Pero hay también propuestas concretas. Una apuesta ineludible es la reducción de la jornada laboral a 35 horas "por ley", iniciativa de IU que no comparte el PSOE, y que en el programa conjunto de gobierno se resolvió con la promesa de "medidas legislativas para incentivar" su puesta en práctica en el marco de la "concertación social", es decir, sin imposiciones. Los sindicalistas que suscriben el manifiesto piden, además, que esta reducción de las horas de trabajo se haga sin disminución salarial.
El candidato de IU defendió el pacto con el PSOE ("los tiempos mejores se crean, no se esperan"), aunque reconoció que se firmó en "momentos difíciles", refiriéndose al bajón electoral de IU en las elecciones municipales y europeas de junio de 1999. Lo calificó de "moderado y realista"; una apuesta que, afirmó, hay que "estirar" para defender la política de su coalición: "Lo más importante del pacto es la expectativa que abre".
"Programa intacto"
En demostración de que el acuerdo "no es una traición" a su programa, que permanece "intacto", Frutos pidió votos precisamente para que "dentro de un año haya una ley de 35 horas", y también para que "no queden empresas de trabajo temporal". Promesas que fueron jaleadas por un público que exhibía conciencia de clase. El manifiesto sindical adjudica a IU el papel de "garantía de un futuro Gobierno de izquierdas".
Otras propuestas -como el aumento del salario mínimo interprofesional, para situarlo en el 68% del ingreso medio- fueron comparadas con la "política social" del Gobierno. "Pura demagogia" le parece al candidato Frutos la promesa de Aznar de bajar los impuestos "a todo el mundo". Para IU, "los que más tienen, que más paguen; los que menos, menos; y los que poco, que paguen nada". Las diferencias, destacó Frutos, se extienden a la base de cada partido. Arropado por un manifiesto con miles de firmas de trabajadores, las resumió así: "Si Aznar tiene la tropa de Cuevas, nosotros tenemos este sindicalismo".
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