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La economía alemana se recupera y crece un 2,3% en el último trimestre de 1999

Pilar Bonet

El Producto Interno Bruto (PIB) de Alemania creció un 2,3% durante el último trimestre de 1999, lo que ha obligado a revisar la tasa media de crecimiento económico de aquel ejercicio, que pasa así al 1,5%, en lugar del 1,4% previsto, según anunció ayer la Oficina Federal de Estadística en Wiesbaden. La tasa de crecimiento del último trimestre del año 1999 es la mayor que se registra desde el segundo trimestre de 1998, que marcó el comienzo del periodo de debilidad económica provocada por la crisis asiática.

El aumento de las exportaciones causado por la debilidad del euro, el crecimiento de los gastos de consumo privado y el aumento de la inversión empresarial son los tres factores que más contribuyeron a este crecimiento, que refuerza la esperanza de recuperación económica en Alemania.

El Ministerio de Hacienda consideró los últimos datos del PIB (Producto Interior Bruto) alemán como una prueba muy clara de que el crecimiento económico ha comenzado y está arraigando.

Para este año, los institutos especializados y el Gobierno calculan que el PIB crecerá entre el 2,4% y el 2,8%. El pronóstico del Deutsche Bank llega hasta el 3% y el del Commerzbank oscila entre el 2,5% al 3%.

En contra de las previsiones del Gobierno, esta entidad bancaria no cree, sin embargo, que el crecimiento económico se traduzca en una mejora en el mercado de trabajo. Ulrich Ramm, economista jefe del Commerzbank, manifestó a la agencia DPA que para lograr una mejora en el mercado de trabajo se necesitan "cambios estructurales".

El empleo no cae

El Gobierno, sin embargo, cree que a partir de los primeros meses de este año puede registrarse un aumento de la ocupación. El Ministerio de Hacienda alega que durante el cuarto trimestre de 1999 no se registró una disminución del número de puestos de trabajo, tal como sucedía en el segundo y tercer trimestre de aquel año.

Durante el último trimestre de 1999, las exportaciones alemanas aumentaron un 9,1% y las importaciones, un 7,9% en relación al mismo periodo del año anterior. Por su parte, las inversiones en bienes de equipo crecieron un 3%, las inversiones en el sector de la construcción lo hicieron un 1,7% y los gastos del Estado se mantuvieron constantes, mientras los gastos del consumo privado aumentaron un 2,2%.

Para los países del euro, el presidente del Banco Central Europeo, Wim Duisenberg, prevé un crecimiento de más del 3% en el año 2000, la cifra inicialmente estimada. Duisenberg manifestó sin embargo que Europa tiene un interés común en una "moneda fuerte", lo que debilita las exportaciones, ahora recuperadas tras el fin de la crisis asiática.

El funcionario dio dos razones por las que es necesario un euro fuerte. En opinión de Duisenberg, se trata así de frenar la presión inflacionista que se deriva del aumento del precio del petróleo y el factor psicológico que hace desconfiar de una moneda que se mantiene permanentemente débil.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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