EL JUICIO POR EL 'CASO LASA-ZABALA' La viuda de Txapela dice que sólo los dos etarras conocían su domicilio
Izaskun Ugarte, viuda del etarra Mikel Goikoetxea, Txapela, que fue asesinado por los GAL el 28 de diciembre de 1983, declaró ayer en el juicio por el caso Lasa y Zabala que los dos etarras desaparecidos eran prácticamente los únicos que conocían su domicilio en San Juan de Luz (Francia). La mujer explicó que José Antonio Lasa y José Ignacio Zabala ayudaron a su marido a hacer la mudanza desde Biarritz a San Juan de Luz a principios de octubre de 1983, poco antes de que fueran secuestrados.Txapela fue asesinado por dos individuos a la puerta de su casa, en presencia de su mujer y de uno de sus hijos.
La acusación sostiene que el atentado contra Txapela sólo pudo efectuarse con la información del domicilio del etarra que fue obtenida en el interrogatorio de Lasa y Zabala en el palacio de La Cumbre. El testigo Pedro Luis Miguéliz, Txofo, incluso refirió que el etarra tenía la barba crecida, como ayer ratificó su viuda.
Izaskun Ugarte dijo que poco después de la desaparición de Lasa y Zabala empezaron a apreciarse movimientos extraños en torno a su domicilio, y que Txapela tomó algunas precauciones como no ir a dormir algún día o llamar previamente antes de volver a casa para ver si había gente sospechosa. Agregó que avisaron a la abogada Christianne Fando para ver qué se podía hacer y que no cambiaron de casa porque los GAL como grupo aparecieron cuando liberaron a Segundo Marey, el 14 de diciembre de 1983, dos semanas antes de la muerte de su marido.
El ex jefe superior de policía del País Vasco, Francisco Álvarez, condenado por el secuestro de Marey, dijo ayer que los únicos casos de guerra sucia que conoció directamente fueron el intento de secuestro del etarra Larretxea y el de Marey. Añadió que aunque en una ocasión se refirió a la existencia de cuatro gales: el azul, por la Policía; verde, por la Guardia Civil; el marrón, por el Ejército y el francés, en referencia a intereses empresariales, era "simple rumorología", y que no tenía evidencia de que fuera cierto.
También declaró Ángel Farinós, arquitecto que hizo las reformas de La Cumbre, y que confirmó algunos detalles mencionados por el acusado Felipe Bayo en su descripción del lugar en el que presuntamente interrogaron a Lasa y Zabala, y desmintió otros. Un compañero de Dorado y Bayo dijo que estaban en Oñate la noche que Lasa y Zabala fueron secuestrados.
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