Despedido el corresponsal alemán que informó en 'exclusiva' sobre una fosa común en Chechenia
La cadena de televisión N24, de Múnich, despidió ayer de forma fulminante a su corresponsal en Moscú, Frank Höfling, después de que éste admitiera que, en contra de lo que había afirmado antes, no había estado presente durante la filmación en una fosa común en Gaiti, en la república caucásica de Chechenia. Tras regresar ayer a Alemania, Höfling reconoció también que había comprado las imágenes que han dado la vuelta al mundo al periodista Oleg Blozki, del diario moscovita Izvestia, según afirmó un portavoz de la cadena de televisión alemana.Höfling añadió a las imágenes un comentario en el que se calificaba de "inverosímil" la identificación de los muertos como combatientes chechenos muertos durante la lucha y se expresaba la sospecha de que fueran víctimas de torturas procedentes del campo de filtración de Chernokózovo.
Transgresión de las normas
Höfling "ha transgredido todas las normas básicas periodísticas y ha abusado de la confianza depositada en él", dijo ayer Ulrich Ende, un portavoz de la N24, según la agencia DPA. Con su comportamiento irresponsable, el periodista había dañado sustancialmente la credibilidad de los medios occidentales en su información sobre Chechenia, dijo el portavoz, que prometió una disculpa a las autoridades rusas.
El scoop de Höfling había sido puesto en cuestión no sólo por las declaraciones de Blozki, sino también por las de los colegas alemanes, concretamente el corresponsal de la primera cadena estatal de la televisión Thomas Roth, que dirige el estudio moscovita de la ARD. Se da la circunstancia de que Blozki había acudido a la corresponsalía de la ARD en Moscú para tratar de vender las imágenes que posteriormente vendió a Höfling. La ARD estaba interesada en el material, pero reaccionó demasiado tarde.
El diario Süddeutsche Zeitung, que dedicaba un amplio artículo al caso, decía que de la veracidad de las palabras de Höffling dependía la carrera de un respetado periodista, la reputación de una cadena de televisión nueva y la imagen de una gran potencia. En contra de los pronósticos de corresponsales rusos en Alemania, la cadena de televisión N24 renunció a la tentación de encubrir a su corresponsal y decidió ponerse al servicio de la verdad. Höfling, que era corresponsal en Moscú desde 1991, había dicho a su emisora en Múnich que sentía miedo y que creía que su vida estaba en peligro en la capital rusa.
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