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Reportaje:

Un nuevo barrio entre minas

Las empinadas escaleras se alzan solitarias hacia un pasaje desolador, de tierra removida, que se asemeja a la nada. De lo que un día no lejano fue el humilde barrio de Miravilla, junto a las minas, en la parte alta de Bilbao La Vieja, ya no permanece ni el nombre. Se ha derribado hasta el último detalle. La extracción de 450.000 metros cúbicos de tierra y roca durante todo el pasado año para construir 4.000 viviendas ha transformado más allá del paisaje. El nombre del lugar es actualmente Miribilla. Nunca hasta ahora se había puesto en marcha en Bilbao un proyecto urbanístico de estas características. Los 440.000 metros cuadrados, el equivalente a 400 campos de fútbol, acogerán grandes avenidas y más de 60.000 metros cuadrados de parques y zonas verdes. Se instalará un parque comercial de 2.700 metros cuadrados y se destinarán otros 60.000 a centros escolares. Algo más de 7.000 servirán para acoger los locales de la Policía Municipal y de los Bomberos. Un gigantesco proyecto que incluirá la conexión de Bilbao La Vieja con la rotonda de acceso a la Variante Este.

Un barrio humilde

María Dolores González acaba de cumplir 71 años. Nació en la "calle Miravillas" y allí vivió hasta que se casó a los 25 años con "un chico bien" del centro de Bilba. Nunca se despegó del barrio del todo hasta que murió su madre, Isabel, hace más de 20 años. Tantos años después, la mujer recuerda, con la nitidez que poseen a su edad los acontecimientos más lejanos, que, "en el cuarto piso del último portal de la calle, al final de la cuesta", nacieron también sus dos hijas.

"Entonces, Miravilla era un barrio de familias humildes, pero de gente muy honrada. En un momento, los jóvenes bajábamos por Conde Mirasol [la calle] y el Puente de San Antón, hasta el Casco Viejo. También, durante el día, podías cruzar Las Cortes [el barrio chino de Bilbao] porque era diferente y San Francisco era una zona llena de tiendas", recuerda.

Entonces y hasta su reciente demolición, las viviendas de la calle Miravilla se alzaban en hilera donde actualmente sólo hay tierra herrumbrosa. Tenían cuatro habitaciones, un baño en el que no había espacio ni para una ducha, y una cocina luminosa con vistas a las minas: San Luis y Malaespera, que dejaron de explotarse en las primeras décadas del siglo XX. "No quiero ver cómo está aquello. Mi hija fue hace unas semanas y le impresionó mucho. Es como si algo extraño se lo hubiera llevado todo y dejado sólo la tierra excavada", dice.

Desde el 28 de enero de 1999 hasta el 21 de diciembre de ese mismo año, se procedió a la explanación conjunta de Miribilla y de la Mina del Morro, en el Alto de Miraflores. En total, se extrajeron 450.000 metros cúbicos, que se trasladaron en camiones para relleno de otras zonas, dentro del mismo plan.

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Voladuras de roca

También fue necesario utilizar algunas voladuras ante la resistencia de la roca. El precio de esta tarea rondó los 400 millones de pesetas. Lo explica detalladamente y con paciencia el arquitecto Txomin Ruiz de Elúa, del Departamento de Urbanismo del Gobierno vasco, que recuerda que el plan contempla tres polígonos y que la obra se adjudicará por fases. El técnico explica que las excavadoras empezaron hace unas semanas a introducir sus dientes en la tierra para construir los sótanos de lo que serán las primeras viviendas. Está previsto que para finales de año comience la construcción sobre las antiguas minas. Primero, se levantará un bloque de 80 viviendas. Después, se construirán otras 167. Hasta un total de 4.000.

El ambicioso plan diseñado por el Ayuntamiento de Bilbao y promovido por el Gobierno vasco y empresas privadas es doble: sacar de la marginación a la zona más deprimida de la ciudad y transformar sus calles en viviendas y parques luminosos, explican en círculos municipales. Además de la actuación sobre los 440.0000 metros cuadrados de explanada, en la zona alta de Miribilla, se construirá sobre otros 62.000 más, donde actualmente se asientan los barrios de San Francisco, Las Cortes, Cantaloja y Zabala, entre otros. Cuando concluya el proyecto, en 2005, nada recordará a la calle Miravilla, el barrio de las minas.

En estado ruinoso

La creación, más que transformación, de que fuera el barrio de Miravilla se extenderá también a Bilbao La Vieja, a los pies de las antiguas minas. Del total de 4.000 pisos que se levantarán en cuatro años, 255 están destinados a albergar a los vecinos que en la actualidad residen en casas ruinosas de esa zona. Se construirán 95 viviendas en la plaza de los Tres Pilares, San Esteban, Iturguru y Cantarranas; 184 se levantarán en San Antonio, y 56 en lo que son actualmente solares en Las Cortes, calle Gimnasio. Además, de otras viviendas que estarán dispersas por las calles de lo que constituye la zona más degrada social y urbanísticamente de la capital vizcaína.Antes de edificar ese bloque de 335 viviendas, se derribarán 468 que están en estado ruinoso. Son casas en las que las paredes se caen y amenazan con derrumbarse, según los estudios municipales. Los terrenos serán expropiados y los vecinos podrán acceder a las 255 que se empezarán a construir a finales de año en la parte baja de Miribilla. Serán las primeras del macroproyecto de urbanización.

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