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Gil-Robles llega a Chechenia para investigar las denuncias de atrocidades cometidas por Rusia

Álvaro Gil-Robles, comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa, visitó ayer un campo de refugiados en Ingushetia, república vecina a Chechenia que ha recibido a más de 200.000 personas que huyeron de la guerra. Gil-Robles, que hoy viajará a Grozni, llegó a Rusia el jueves pasado con el fin primordial de realizar un viaje de inspección a la zona de conflicto. Varias organizaciones de defensa de los derechos humanos, así como periodistas, han recogido numerosos testimonios sobre matanzas, torturas y violaciones perpetradas por los rusos en Chechenia.

Gil-Robles viajó al Cáucaso del norte acompañado de Vladímir Kalamánov, representante del presidente ruso para los derechos humanos en Chechenia. Oleg Mirónov, el ombudsman ruso, había anunciado sus intenciones de unirse al grupo del comisario del Consejo de Europa, pero no pudo viajar debido a lo que calificó de obstrucción por parte del Ministerio de Exteriores. Tanto Kalamánov como Exteriores han tratado de minimizar el escándalo desatado a causa de Mirónov, calificándolo de un "malentendido" que no se volverá a repetir.El objetivo de esta visita de Gil-Robles es reconstruir "la verdad de lo que ha sucedido" en Chechenia, para lo cual considera que "el Gobierno ruso debe compremeterse a aceptar la colaboración internacional" con el fin de investigar las denuncias sobre los abusos cometidos por las fuerzas federales en la república independentista.

No se descarta que, además de Grozni, Gil-Robles visite el campo de internamiento de Chernokózovo, en el que, según chechenos que han pasado por allí, diariamente se tortura. Por el momento, las autoridades rusas no han garantizado que el comisario de Derechos Humanos pueda inspeccionar Chernokózovo. Como ironizan algunos observadores, todo dependerá de si los rusos logran limpiar a tiempo el campo para borrar las huellas de sus abusos.

Alexandr Yevtushenko, corresponsal del Komsómolskaya Pravda, ha dicho que las inspecciones de Chernokózovo no aportarán nada, al igual que las anteriores que ha habido. Antes de que llegue una comisión, denunció Yevtushenko, echan del campo a los torturados y los dejan a muchos kilómetros de distancia, para que no puedan testimoniar. "No he visto a nadie que haya pasado por Chernokózovo y que no haya quedado inválido", afirmó Yevtushenko.

Resistencia chechena

Mientras tanto, en el sur de Chechenia, las fuerzas federales han logrado aislar y rodear las aldeas situadas a la entrada del desfiladero de Argún, donde se concentran gran parte de los guerrilleros que todavía oponen resistencia.

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El general Guennadi Tróshev, vicecomandante de las tropas rusas en Chechenia, aseguró que la operación militar terminará pronto, pero explicó que ello no significa que la paz habrá llegado a la república norcaucásica. "Cuando hablamos del fin de la operación militar, nos referimos solamente a la derrota de los principales grupos rebeldes", señaló Tróshev, agregando que los separatistas continuarán su resistencia. Muchos independentistas permanecen ocultos en el territorio que ahora controlan los rusos y se preparan para realizar ataques guerrilleros semejantes a los que hicieron en la guerra pasada, agregó Tróshev. En agosto de 1996, cuando los rusos decían tener acorralados a los independentistas en las montañas, éstos lanzaron inesperadamente un ataque sobre Grozni y conquistaron la capital chechena.

Mientras tanto, Ludmila Babítskaya, acompañada de un abogado y del director del servicio ruso de Radio Liberty, llegó ayer a Majachkalá (Daguestán), donde su esposo, Andréi Babitski -el periodista que había desaparecido después de que los rusos lo canjearan por varios soldados a principios de mes-, se encuentra detenido acusado ahora de poseer un pasaporte falso.

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