_
_
_
_
_

El taller de Clarà inicia mañana su andadura como biblioteca pública

El caso Clarà está cerrado. El antiguo taller del escultor, que durante años fue un museo dedicado a glosar su figura, se ha transformado en Biblioteca Clarà. Es la primera biblioteca pública de la que disfrutan los vecinos de Sarrià-Sant Gervasi. "Históricamente, las bibliotecas de Sarrià estaban cubiertas por la Fundació La Caixa, algo que constituía una anomalía", recuerda Ferran Mascarell, concejal de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona. Según el Plan de Bibliotecas 1998-2010, elaborado por el Instituto de Cultura de la ciudad, al Distrito V le corresponden tres centros públicos. Al que se inauguró el viernes, entre testimoniales muestras de protesta por el anterior cierre del museo, se le debe añadir uno en Vallvidrera que se abrirá durante el presente mandato, según se desprende de los presupuestos del Plan de Acción Municipal. La Biblioteca Clarà -800 metros cuadrados, unos 12.000 volúmenes y tres puntos de conexión a Internet- está en la calle del Doctor Carulla, en un edificio de Raimon Duran i Reynals que fue utilizado como estudio por el escultor Josep Clarà (Olot, 1878-Barcelona, 1958). La hermana del escultor donó la vivienda, el taller, y los fondos en él contenidos al Ayuntamiento de Barcelona, con la condición de que se convirtiera en museo. A mediados de los noventa, ante la escasez de público del museo y los gastos que éste generaba, el Ayuntamiento decidió cerrar el centro y trasladar los fondos escultóricos en parte al Museo Nacional de Arte de Cataluña y en parte al Museo Comarcal de la Garrotxa, en Olot. Ambos centros exhiben de forma permanente una importante representación de este legado del escultor noucentista.

La Asociación de Amigos del Museo Clarà realizó varias manifestaciones de protesta y la sobrina del escultor intentó por vía judicial que el legado revirtiera en ella ante el incumplimiento de las condiciones por el Ayuntamiento. Se desestimó la demanda, pero el juez recriminó la actuación del consistorio.

En 1996 se decidió convertir el museo en biblioteca. Sin embargo, la rehabilitación ha dejado un lugar a la presencia del escultor, tanto en el jardín, donde se han instalado cuatro bronces, como en el interior, donde hay dos. El fondo del centro, además, está especializado en escultura noucentista.

Carmen Secanella
Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_