Aznar llama "cínico y desahogado" al PNV por ser "cómplice" de ETA

José María Aznar estrenó ayer oficialmente la campaña con un mitin en Oviedo que le sirvió de desahogo personal y político ante "la emoción y la indignación" que le han causado los últimos asesinatos de ETA. El jefe del Ejecutivo volcó todos sus mensajes contra el PNV y descalificó a sus responsables, por aplicar medidas "cínicas y cómplices" para justificar y amparar las actuaciones de la banda terrorista.Argumentos similares usó por la mañana, en una entrevista radiofónica, para pedir al líder peneuvista, Xabier Arzalluz, que asuma su "responsabilidad" por la fractura de la sociedad vasca.

El PNV, y sobre todo su comunicado en el que achacaban a una maniobra del Gobierno y de los servicios secretos la movilización ciudadana en Vitoria tras el doble asesinato, fueron ayer el blanco de las críticas de Aznar en su primer día de campaña oficial. Tras calificar a los peneuvistas de "desahogados", advirtió, en cualquier caso, de que la solución al problema vasco "será larga, dura y difícil".El presidente del Ejecutivo dedicó más de media hora de su intervención a exteriorizar todos los sentimientos que había guardado desde que ETA asesinó al dirigente socialista Fernando Buesa y a su escolta de la Ertzaintza. Y avisó desde el principio a los 3.700 simpatizantes que le escucharon en directo, en el salón del Auditorio Príncipe de Asturias de la capital asturiana, de que debían comprender la razón última del contenido de su discurso en un día tan "especial".

Última campaña

El candidato del PP confesó que vivía una jornada singular porque se estrenaba oficialmente en su última campaña si el mandato concluye en el año 2004, y para la que reclamó un espíritu "limpio y constructivo". Pero lo que confirió al acto de Aznar una expectativa mayor fue que era el primero en el que se pronunciaba tras el atentado del martes. Aznar aseguró que el país se encuentra bajo "una profunda impresión" y que los ciudadanos, que recibieron esperanzados el anuncio de la tregua, en septiembre de 1998, ahora están "conmocionados, impresionados e indignados".

El líder del PP demandó a la sociedad, y sobre todo a los partidos demócratas, algo más que estos momentos de emoción para resolver el problema. Dijo incluso que esa respuesta "de nada serviría si no se articulan políticas" para afrontar la solución del terrorismo. Y avisó de que el final del túnel no está nada cerca: "La tarea es muy difícil. No veo el final cerca. El trabajo será largo, duro y difícil". Además, insistió en las tesis de su ministro del Interior, Jaime Mayor, de que ante este conflicto "no hay atajos" y tampoco "bastan las buenas intenciones".

Aznar se atribuyó una sensibilidad peculiar a la hora de digerir esta andanada de violencia terrorista. Constató que él mismo es una víctima de ETA, "un superviviente que tuvo la suerte de librarse de sus garras". También apuntó que al ser el máximo líder del PP ha tenido que asistir "a demasiados entierros y funerales". Y señaló que como jefe de Gobierno "siente como propio" todo el dolor que aflige a cualquier español. Fue cuando afirmó que en estos instantes no distingue "entre filas de partidos demócratas" y subrayó que sólo hay dos líneas de actuación, la de los demócratas y la de los que amparan a los que matan.

Hacia el PNV, el jefe del Gobierno no lanzó ayer nada más que duras advertencias. Consideró que la postura del PNV es "cínica porque rehúye el fracaso de las políticas, que han puesto en marcha algunos, para eludir sus responsabilidades y no admiten las políticas equivocadas que se pusieron en marcha para la construcción nacional" de Euskal Herria. Aznar también tildó de cínicos a los que atribuyen a Mayor el deseo de que hubiesen explotado los 1.800 kilos de explosivos confiscados por la Guardia Civil hace unas semanas cerca de Zaragoza y camino de Madrid y también a los que justifican la lucha callejera de los "alevines de vándalos".

Para que no cupiera ninguna duda de a quién aludía, Aznar añadió una consideración de última hora sobre el comunicado de ayer del PNV, en el que se achacaba al servicio secreto Cesid la movilización ciudadana de los últimos días: "Hoy mismo tienen esa actitud cínica cuando dicen que la indignación ante tanta crueldad y despropósito y muerte era debida a una campaña de los servicios de inteligencia y a un montaje del Gobierno". Aznar concluyó: "Hace falta mucho desahogo. Los que justifican y amparan a los terroristas son sus cómplices", añadió.

Aznar descalificó el Pacto de Estella como "un error, un sarcasmo inaceptable, ofensivo para la dignidad" y que busca la "exclusión y la imposición". Exigió su ruptura inmediata y la de todos los acuerdos, en cualquier institución, del PNV con Euskal Erritarrok porque lo contrario lo consideró "un auténtico escándalo".

Por la mañana, antes de que se conociera el polémico comunicado del PNV, Aznar ya había exigido al líder peneuvista Xabier Arzalluz que asumiera su "responsabilidad" por la "enorme fractura" social que ha provocado su descisión de dar cobertura política a ETA a través de EH.

En unas declaraciones al programa Buenos días, de Radio Nacional, el jefe del Ejecutivo tuvo palabras muy duras para quienes fueron sus socios de Gobierno durante gran parte de la legislatura. En un tono grave que no abandonó durante toda la entrevista, Aznar señaló que la dirección del PNV ha perdido sensibilidad y no ha comprendido la "enorme indignación" que ha llevado a la sociedad vasca a manifestarse contra el terrorismo y a exigir su parte de responsabilidad al partido que gobierna en Euskadi por la cobertura política que ha dado a Euskal Harritarrok, el brazo político de ETA. Un "ejercicio de asunción de responsabilidades" que también Aznar reclamó ayer de los peneuvistas

"Indignación social"

El líder del PP también atribuyó la indignación social a la tardía reacción del lehendakari, Juan José Ibarretxe, frente al terrorismo etarra. Según subrayó Aznar, Ibarretxe ha roto su acuerdo parlamentario con EH "después de tres asesinatos" y "tras un acuerdo en Estella con ETA para cubrir los objetivos políticos de la organización". "No es deseable que un Gobierno vasco esté sustentado por sujetos como Josu Ternera. Es absolutamente indeseable", dijo.

Por ello, Aznar volvió ayer a reclamar a la dirección del PNV que la ruptura del lehendakari Ibarretxe con EH en el Parlamento vasco se extienda a todas las instituciones de Euskadi, los ayuntamientos y el Pacto de Estella. Desde el Gobierno central existe la convicción de que la decisión de Ibarretxe de romper con EH no es compartida por la dirección del PNV, que pretende resistir la embestida de indignación ciudadana. Por ello, Aznar dirigió ayer sus dardos contra la cúpula peneuvista y, por ende, contra Arzalluz. Le emplazó a que diga si está "de parte de los que han asesinado o de los que han sido asesinados". "No se puede estar en medio porque al final la equidistancia no solamente es un ejercicio de tibieza o medias tintas. Es en parte o en gran medida de cobardía. Eso se llama complicidad y eso no puede ser aceptado".

Aznar también se pronunció sobre una hipotética nueva oferta de tregua por parte de ETA. "No es creible", respondió el presidente del Gobierno, tras señalar que la sociedad de siente "engañada" por el uso que ETA ha hecho de los 14 meses de alto el fuego. Afirmó que el único camino para terminar con el terrorismo es "el respeto al Estado de Derecho y a las reglas de juego".