Unilever cerrará cien fábricas y reducirá en 25.000 personas su plantilla en todo el mundo
La multinacional anglo-holandesa Unilever reducirá su plantilla en 25.000 empleos, el 10% de su plantilla, antes del 2004. El plan estratégico anunciado ayer supone cerrar 100 centros de producción en todo el mundo de los 300 con los que cuenta y se centrará en 400 productos de los 1.600 que ofrece actualmente para mejorar al finalizar el plan el 15% sus beneficios operativos. Unilever, que está en 88 países, en España da empleo a 3.975 personas distribuidas en nueve fábricas. Fuentes de la empresa en España han señalado que el plan "afectará poco al mercado español".
Aunque hace siete meses los responsables de la multinacional presente en varios sectores -princi-palmente en alimentación, detergentes y productos de aseo personal- apuntaron que no se esperaba un recorte tan drástico, que afecta al 10% de los 246.000 empleos en todos el mundo. Los responsables de la firma consideran que con el cierre de 100 centros de los 300 con los que cuentan en 88 países pueden mejorar una cuenta de resultados que en el año 1999 ha hecho agua por todos los costados. El coste estimado para este ajuste laboral con el cierre de fábricas será de 3.000 millones de libras esterlinas (unos 800.600 millones de pesetas). Tras este ajuste, la empresa pretende ahorrar 1.500 millones de dólares (247.500 millones de pesetas en tres años).Unilever no ha precisado cuáles son los países más afectados por este recorte, pero sí han precisado que serán los mercados europeos y americanos los principales centros de atención del plan. El valor subió ayer en la Bolsa de Londres el 1,3% y en Amsterdam el 3,5%.
Unilever logró el pasado año unas ventas de 43.650 millones de dólares (7,20 billones de pesetas), lo que supone un retroceso del 3% sobre el año anterior. El beneficio operativo de 1999 se situó en los 4.584 millones de dólares (756.360 millones de pesetas), lo que representa un descenso del 6% sobre el año anterior. El beneficio neto registró un retroceso del 10% sobre el año anterior, al situarse en los 2.952 millones de dólares (487.080 millones de pesetas).
Estas cifras han forzado un cambio estratégico de fuerte calado en el grupo multisectorial, que pasa por la concentración comercial en unos 400 productos de los 1.600 con los que cuenta la empresa. Unilever vende sus productos en 140 países de los cinco continentes. Las marcas que se convertirán en estandarte de la nueva estrategia comercial son la línea de fragancias Calvin Klein, los productos de belleza y tocados Dove y Lux, así como los helados Frigo.
Para desarrollar el lanzamiento de estos productos en los mercados con mayor proyección, los responsables de la empresa anunciaron ayer una inversión de 270.000 millones de pesetas. El objetivo trazado es que esas marcas crezcan a un ritmo del 6% anual. El director ejecutivo de Unilever, Anthony Burgmans, aseguró ayer que la reducción de plantilla "es una medida necesaria para el saneamiento de la empresa a largo plazo" y añadió que estos cambios "mejorarán el resultado operativo". Burgmans añadió que este ajuste es una "evolución lógica de la estrategia que se marcó la compañía en el los años ochenta".
Sin embargo, el director ejecutivo de la multinacional recalcó que paralelamente a este recorte abordará un plan de crecimiento agresivo y no descartó llevar a cabo compras de empresas y alianzas con otras compañías a medio plazo que añadan valor al grupo. El mayor sindicato holandés, el FNV, aseguró ayer que el plan "es una desilusión, pero no es radical".
Un breve comunicado informó ayer "que esta plan tendrá menor repercusión en el mercado español". Un portavoz de la compañía en España precisó que el grupo ha hecho una gran reestructuración desde el año 1995, cuando existían 35 sociedades, hasta ahora, que cuenta con seis, tras un importante proceso de concentración.
La reordenación del grupo se ha hecho en torno a dos grandes divisiones: Unilever Foods España y Unilever España. El primero de ellos agrupa los negocios de Agra (aceites, grasas y masas congeladas), Frigo (helados) y Frudesa (congelados), y Unilever España ampara las actividades de Lever (detergentes), Fabergé (productos de tocador) y Elisabeth Arden (alta cosmética), según explicaron esas fuentes.
Unilever desembarcó en España en los años cincuenta con la compra de la empresa Agra en el sector de las grasas. Aspiró sin éxito a constituir en España el primer grupo en el sector de aceites. Tras Agra, adquirió la firma La Masía, con una cuota del 10% en el mercado del aceite, pero fracasó en los años ochenta en su intento de comprar Elosúa-Carbonell en beneficio de Ferruzzi, así como comprar Coosur.
La estrategia del grupo a escala internacional dio lugar en los años precedentes a la venta de la cárnica Revilla a Navidul, donde posteriomente en 1999 se desprendió del 13% de las acciones del grupo manchego por unos 4.300 millones. El fracaso en su ofensiva para liderar el aceite no frenó sus inversiones en otros sectores, como en los helados, donde ocupa un lugar destacado con Frigo, así como en congelados con Frudesa.
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