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A ritmo de profesional

Se entrenan como deportistas profesionales, pero ni lo son ni tan siquiera saben si lo serán. De momento, disfrutan. Setenta chavales forman parte de un proyecto impulsado por la dirección general de Deportes cuyo objetivo es compaginar la formación educativa con la preparación de un deportista de alto nivel. La iniciativa ha tenido una excelente acogida en las federaciones, que son las que seleccionan a los chavales, planifican y supervisan su preparación. Los cuatro deportes escogidos son ajedrez, voleibol, halterofilia y bádminton. "La idea consiste en que los chavales hagan deporte en un marco que les garantice su desarrollo personal y educativo", afirma María Ángeles Vidal, directora técnica de la federación valenciana de voleibol, uno de los promotores de este proyecto.

Mari Carmen Giménez, de 13 años, natural de Almoradí, se levanta todos los lunes a las cuatro de la madrugada para desplazarse hasta el complejo educativo de Cheste, donde compagina en régimen de internado sus estudios con los entrenamientos de voleibol. Como la mayoría, está encantada de entrenarse durante 12 horas semanales. "Esto es como estar todo el año de vacaciones", dice Rubén Díaz-Jorge, un prometedor jugador de voleibol de 14 años y 190 centímetros de altura.

"Un chaval puede entrenarse en su club unas seis horas semanales aproximadamente. Aquí se entrenan el doble de horas. Evidentemente, la progresión es mayor", asegura Sonia Gómez, entrenadora de voleibol, quien rechaza que tanto entrenamiento pueda provocar en jóvenes de entre 11 y 14 años cierta saturación: "Tratamos de que las sesiones sean entretenidas, incorporando muchos tipos de juegos".

Ninguno de estos chavales queda desvinculado de su club. "Para la federación es fundamental que sigan compitiendo los fines de semana con sus equipos", señala María Ángeles Vidal. Rubén Díaz-Jorge, por ejemplo, se entrena durante cinco días a la semana en Cheste, pero el fin de semana juega con su club, el Cervantes. "El esfuerzo y la voluntad de estos jóvenes es notable. Al principio fue duro para alguno de ellos, sobretodo para los padres, que se mostraban remisos a dejar a sus hijos aquí. Luego, son los padres los que tienen más ilusión incluso que sus hijos", cuenta María Ángeles Vidal.

No todos, sin embargo, asumieron el cambio que supuso cambiar de colegio y de hábitos. En el grupo de ajedrez se produjeron dos bajas, revela Basilio López, coordinador de este último grupo, que sólo cuenta con dos internos: "Hubo algún problema de adaptación, pero algo normal en gente tan joven". Este último grupo está formado por 17 chicos y una chica. Se entrenan durante dos horas diarias durante cuatro días, y los miércoles cuentan con un psicólogo que les enseña técnicas de relajación y concentración.

Los resultados no han tardado en llegar: en el último campeonato provincial de Valencia para menores de 14 años, cuatro de los cinco primeros clasificados estudian en Cheste. "Hay jóvenes aquí que ya han disputado campeonatos del mundo; ya sabían jugar al ajedrez, pero es evidente que los resultados se notan entrenando las horas que ellos lo hacen", afirma José Coret, entrenador de ajedrez.

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María Ángeles Vidal rechaza que esta experiencia tenga algo que ver con un centro de alto rendimiento. "Esto es un centro de formación, mientras que a un centro del alto rendimiento acuden deportistas ya formados, de élite".

El proyecto ha tenido tal repercusión que un nutrido grupo de federaciones deportivas quiere entrar a partir del próximo curso. Tanto en la dirección general de Deportes como en las federaciones creen que lo más importante es que esta iniciativa tenga continuidad.

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