Un grupo de 'narcos' mexicanos 'vende' su zona para dedicarse a cobrar peajes
Las transacciones entre empresas y consorcios alcanzó también al mundo del hampa narcotraficante mexicana después de que las rutas y parcelas del sanguinario cartel de Tijuana, capitaneado por los hermanos Arellano Félix, hayan sido supuestamente vendidas a una banda dirigida por un expolicía de la Procuraduría General de la República (Fiscalía) que comienza a abrirse camino en el norte mexicano. El diario La Jornada publicó ayer que los capos de la ciudad fronteriza con EEUU han "vendido la plaza" para dedicarse ahora al cobro de peajes a los grandes flujos del narco hacia el voraz mercado norteamericano.
México atribuye a los Arellano Félix al menos 500 asesinatos.La venta consiste en ceder a la banda del exagente judicial Fabián Martínez, el tiburón, el tráfico antes efectuado por los hermanos Arellano Félix, que prefieren dedicarse ahora a cobrar el cruce de los bultos por la península de la Baja California. José Contreras y Jesús Araiza, jefes de carteles menores opuestos a la hegemonía y planes de los Arellano, fueron asesinados, y El Tiburón defiende a tiro limpio los derechos adquiridos. En el cruce de disparos y ambiciones, 900 personas perdieron la vida en los últimos 16 meses en el territorio bajo disputa.
La ventanilla aporta a los Arellano unas ganancias anuales del orden de los 230 millones de dólares (39.000 millones de pesetas) sin traficar directamente, según fuentes judiciales. La plaza fronteriza fue vendida al considerar aquéllos que "está muy caliente". "Esto no quiere decir que la organización se haya debilitado, sino que ahora no les interesa el mercado local ni los pequeños envíos, sino que se han convertido en administradores del flujo", explicó un funcionario de la fiscalía.
Una familia violenta
Ramón Eduardo está considerado el miembro más violento de la familia. Por rencillas personales mató a un joven a las puertas del club deportivo de Tijuana. En febrero de 1989 cayó Hector Raúl Gastelu, que cometió la temeridad de pedirle que bajara el volumen de la radio del coche.
Los hermanos Arellano Félix colocaron una bomba en el hotel Camino Real de Guadalajara, creyendo que en el establecimiento se celebraba la fiesta por el 15º cumpleaños de la hija de un capo, y que a ella acudiría el extinto jefe del cartel de Juárez Amado Carrillo Fuentes, el señor de los cielos. Amado Carrillo Fuentes, Rafael Aguilar y Pedro Lupercio pagaban por cada cargamento de cocaína hacia Estados Unidos entre 100.000 y 500.000 dólares a miembros de diferentes cuerpos policiales, entre ellos el Judicial Federal de Caminos. Vicente Carrillo Fuentes, de 37 años, hermano menor de Amado, dado por muerto, lidera el cartel de Juárez, según las autoridades mexicanas y estadounidenses. Varios juzgados emitieron autos de busca y captura después de almacenar decomisos por 3,7 toneladas de cocaína y 9 de marihuana.
Los hermanos Jesús y Luis Amezcua lideran la tercera organización de narcos, en una larga relación de grupos mafiosos, después de que Juan García Abrego, jefe del cartel del Golfo, fuera entregado a EEUU en 1996. Hace cuatro años que cumple 11 cadenas perpetuas en una cárcel de ese país, en el que 19 de las 40 organizaciones distribuidoras de droga registradas por la DEA (agencia norteamericana antinarcóticos) son mexicanas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.